La victoria del Lokomotiv en la primera jornada en Leverkusen elevó la complejidad del grupo D de la Liga de Campeones, que lleva al Atlético de Madrid este martes a Moscú entre la necesidad y la seguridad que supone un triunfo o el apuro de una derrota en un estadio y contra un rival con el que jamás ha perdido.
Ni en 2007/08, cuando lo visitó en su vuelta a Europa a través de la Copa de la UEFA, con un 3-3, ni hace dos campañas, cuando también en la Liga Europa, de la que fue luego campeón, se cruzó con el conjunto ruso, al que arrolló sin matices tanto en campo propio, con un 3-0, como ajeno, con un 1-5, para avanzar a los cuartos de final.
Ahora se ven en la Liga de Campeones. No hay pausa para el Atlético, que el sábado a las 23.00 horas terminaba el derbi frente al Real Madrid con un 0-0 anodino, que desprendió más dudas que certezas; el domingo a las 13.00 horas volvía a los entrenamientos; a las 16.00 volaba a Moscú... Y este martes juega un partido clave.
Empatado con la Juventus en la primera cita en el estadio Wanda Metropolitano (2-2), el Atlético tiene ante sí un encuentro que predice buena parte del futuro del grupo, en el que aún restan cinco choques, pero cuyo margen es mínimo para la reacción, menos aún si más allá de la segunda jornada todavía no tienes ninguna victoria.
Ya lo sabe y lo sufrió el equipo hace dos cursos, cuando comenzó su cuarteto con un 0-0 en Roma y con una derrota en casa por 1-2 con el Chelsea, que le condicionó y le presión para lo demás, entre ello el doble enfrentamiento fallido con el Qarabag, con sendos empates. El resultado, por más que ganó luego al Roma, fue la eliminación.
Advertido por tal precedente, -la única vez que el Atlético de Simeone no fue capaz de superar la fase de grupos del torneo- hay más mecanismos de alerta para el conjunto rojiblanco. Por ejemplo, sólo una victoria en sus últimos cinco encuentros, el 2-0 al Mallorca; el único de sus tres duelos más recientes que marcó gol.
El once en Moscú es una incógnita, pendiente de la recuperación del equipo tras el esfuerzo del derbi -72 horas después justas empezará su siguiente reto en Moscú- y con una sola baja: el extremo Víctor Machín, 'Vitolo', lesionado muscularmente en el primer tiempo contra el Real Madrid. Es el máximo goleador del Atlético en este curso, con dos tantos, los mismos que ha marcado Joao Félix.
¿Simeone alineará a su tripleta de ataque: Joao Félix-Diego Costa-Morata? Es una de las dudas del once. Para Mallorca la probó en los entrenamientos, pero finalmente no la empleó; en el derbi no tenía disponible a Morata, baja por sanción, y en Moscú es una opción probable, pero no segura, dependiendo del estado físico.
Lo único indudable en la alineación es la presencia de Jan Oblak en la portería. El guardameta esloveno ha sostenido su marco a cero en los últimos tres choques. En el resto del once se prevé alguna rotación, pero tampoco excesivas. Quizá Felipe Monteiro entre en el centro de la defensa, quizá Santiago Arias juegue en el lateral derecho, quizá Thomas Lemar regrese a la banda izquierda... Como mucho, habrá dos o tres cambios, si los hay, en el once de Simeone.
Enfrente, el Lokomotiv Moscú está en plena racha de victorias, que le han colocado como líder provisional del Grupo D de la Liga de Campeones y de la Liga rusa.
Pese a las sensibles bajas de los hermanos Miranchuk, jugadores seguidos de cerca por Simeone, el equipo de los Ferrocarriles de Rusia ha logrado encaramarse a lo más alto con un bloque compacto liderado por el polaco Krychowiak, antiguo jugador del Sevilla y del PSG.
Ante las lagunas defensivas del campeón mundial con Alemania Benedikt Howëdes, el veteranísimo técnico local, Yuri Siómin (72 años), decidió incluir a un tercer central, el brasileño Murillo Cerqueira.
Con la excepción de la eliminación en la copa ante el Báltica en la tanda de penaltis, los resultados están a la vista. Todos esperaban un desplome con la ausencia de los dos Miranchuk, pero el Lokomotiv lleva tres victorias seguidas en liga, a lo que hay que sumar la lograda en Leverkusen (1-2).
En Alemania marcó Krychowiak, al igual que el domingo en Moscú en partido de la máxima rivalidad ante el todopoderoso Zenit, al que el Lokomotiv desarboló desde el minuto uno.
También está en un impresionante momento de forma Bárinov, el pulmón del equipo, lo que le ha valido una llamada del seleccionador, Stanislav Cherchésov.
Smólov, el gran fiasco del Mundial de Rusia, también parece haber vuelto por sus fueros, aunque la gran sorpresa es el portugués Joao Mario, cedido por el Inter.
Muchos pensaban que vendría a hacer tiempo, mientras no le llegaba una oferta mejor de un club europeo, pero Joao Mario ha jugado a un gran nivel desde que aterrizó en el fútbol ruso.