Con un Jan Oblak inconmensurable, un trágico error de Adrián San Miguel y un doblete de Marcos Llorente, el Atlético de Madrid aguantó la adrenalina de un eléctrico Anfield (2-3) para pasar en la prórroga y ante el último campeón, el Liverpool, a los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Llorente, con los tantos ya en el marcador de Georginio Wijnaldum y Roberto Firmino, aprovechó un terrible fallo de Adrián y una contra perfectamente ejecutada para inclinar la eliminatoria a favor de los españoles después de 97 minutos de puro sufrimiento ante la afición inglesa.
No presentó ésta nada nuevo sobre el césped respecto a lo visto el año pasado ante el Barcelona; sólo quizá la fuerte lluvia caída sobre el campo, que ya estaba mojado, porque el propio Liverpool lo había regado antes de comenzar.
Esto favorecía la fluidez de pases de los de Klopp, pero también los errores. Al minuto de juego, apareció Joao Felix, se aprovechó de la lentitud de la defensa 'red' y filtró un pase para que Costa, lento, controlase y lanzase una fogonazo a la izquierda de Adrián San Miguel.
Durante ese instante y la primera media hora de juego, el Atlético desapareció. Entró en juego el miedo escénico de Anfield y la incapacidad de los rojiblancos de dar tres pases seguidos. El Liverpool estaba a gusto, pero se encontraba con una defensa de cinco en ataque, al ayudar Correa en el lateral de Robertson. Los centros laterales y frontales eran un caramelito para Savic y Felipe, pero solo por inercia el Liverpool llegaba.
Cabezazo de Firmino que atrapaba Oblak, remate arriba de Salah, Mané desde fuera del área para que Oblak parase en dos tiempos. Era el arquero el que mantenía al Atleti y Felipe el que casi levantó a los aficionados de sus asientos con un remate de cabeza en un córner que se marchó lamiendo el primer poste.
Media hora le costó al Atlético entrar al partido y darse cuenta de que en muchas ocasiones la presión inglesa era fruto de la adrenalina del escenario. Que era desordenada y podían romperla con tres pases.
Saúl y Koke le dieron un poco de calma en el medio, pero ahí llegó el cuchillazo del Liverpool. Oxlade-Chamberlain se abrió hueco, ganó línea de fondo y sacó un centro que Wijnaldum, en un 'dejavú' del partido del año pasado contra el Barcelona, cabeceó picado a las redes de Oblak.
El descanso, lejos de beneficiar a los del Cholo, estuvi a punto de noquearlos y el Liverpool disfrutó de 15 minutos de total arrase, manteniéndose en la eliminatoria por Oblak.
Una contra, en la que Joao Felix se plantó solo en la frontal y su disparo lo sacó Adrián, mandó el aviso de que el Atleti también estaba. Pero aunque Saúl pedía a los suyos que salieran de la cueva, no había manera de deshacerse del atenazamiento.
Mientras, Anfield cantaba un gol que nunca sucedió porque un cabezazo de Robertson, a dos metros de la portería se estrelló en el larguero, y porque un remate de Alexander-Arnold desde la frontal fue anulado con una 'palomita' de Oblak.
El Liverpool estaba usando una estrategia de tierra quemada, dándolo todo, sin pensar en una prórroga que estaba muy cerca. Lanzándose sin conocimiento a la meta de Oblak, lo que estuvo a punto de costarles el partido. En el último minuto, Alexander-Arnold se vio obligado a hacer una falta sobre Joao Félix, la colgó el Atleti y la mandó para dentro Saúl, pero el banderín estaba arriba, por fuera de juego.
El segundo del Liverpool estuvo a punto de llegar antes en las botas de Salah, en un eslalón maravilloso; y en dos chilenas de Mané, pero con el 1-0 al final del tiempo reglamentario se llegó a la prórroga.
Si el Atlético, pasadas las diez de la noche en Inglaterra, seguía vivo, era por el eslovaco, que se lució en el tiempo extra negándole el gol a Wijnaldum.
Pero poco pudo hacer en la siguiente, otra vez los laterales ganaban la partida. Alexander-Arnold puso un centro templado, Firmino se elevó solo, se encontró con la madera de primeras, pero el rechace le cayó muerto al pie para colocar el 2-0.
Fue un jarro de agua fría que arreglaría Adrián. El portero español se equivocó en una salida de balón, le regaló el cuero a Joao Félix, este se lo dio a Marcos Llorente y el medio alojó la pelota en una esquina.
Iba a ser su noche. Llorente en un contraataque llevado a la perfección por Morata sentenció el choque con un enorme disparo desde fuera del área.
Hasta Oblak subió a celebrar el tanto que coronaba al Atlético en cuartos, en frente de una grada 'The Kop' que no se creía que las infinitas remontadas que siempre habían visto, esta vez se la habían infligido a ellos.
Con los aficionados marchándose de Anfield, Morata dio la última estocada, en un contraataque, saliendo victorioso el Atlético de Inglaterra y con los dos pies en cuartos de final.