Estrella, junto al portero esloveno Jan Oblak, de la última gran hazaña del club rojiblanco, la eliminación de Liverpool inglés en los octavos de la Liga de Campeones, su actuación con dos goles en la prórroga jugando por la banda derecha, muestran que Simeone y el Atlético de Madrid ha descubierto otro Marcos Llorente.
Llegado al conjunto rojiblanco como un mediocentro de contención y organización, objetivo del cuerpo técnico del argentino Diego Pablo Simeone tras la salida de Rodrigo Hernández al Manchester City, Llorente apuntaba a ser una pieza clave en el centro del mediocampo rojiblanco en la pretemporada, pero no fue así. Ahora se ha reciclado como jugador de banda y llegador de excepción.
Las buenas actuaciones del ghanés Thomas Partey y el carácter de indiscutible de Saúl Ñíguez cerraron las puertas del puesto al centrocampista madrileño, que apenas acumuló minutos sueltos en las primeras jornadas ligueras. Su primera titularidad, en el Reale Stadium de San Sebastián contra la Real Sociedad, coincidió con la primera derrota del equipo 2-0 ante el equipo 'txuri-urdin'.
Aún solo contando con minutos sueltos -algunas buenas actuaciones del mexicano Héctor Herrera en octubre y noviembre le cerraron aún más las puertas de la titularidad-, el madrileño resistió disciplinado y, conforme fueron pasando los meses, acabó encontrando otro resquicio para tener oportunidades.
Bien en el centro del campo conforme se acumularon las lesiones en el conjunto rojiblanco en enero, bien en la banda derecha como interior, el madrileño fue haciéndose un hueco para ser titular en seis de los últimos diez encuentros oficiales.
Precisamente en el costado derecho fue como ingresó al césped en Anfield Road, sustituyendo al delantero Diego Costa y ocupando esa zona para que el argentino Ángel Correa pasara a la delantera. Un lugar poco habitual para Llorente, pero que ha aceptado en la disposición de participar lo máximo posible.
💪🤩 Dos goles históricos. Cuando más difícil parecía, ahí estaba el Atleti. Y ahí estaba Marcos Llorente para firmar un doblete que cambió la noche rojiblanca en Anfield. (Incluye vídeo) https://t.co/lvW587r4de
— ElDesmarque Atleti (@DesmarqueAtleti) March 11, 2020
"Con tal de salir al campo y poder jugar no nos vamos a quejar de la posición. Sí que es verdad que no es la mía, que no estoy acostumbrado, pero poco a poco me voy adaptando, estoy muy feliz, me permite más llegar al área, correr más, estoy encantado", explicó a EFE a mediados de febrero, víspera de la ida contra el Liverpool.
Unas declaraciones curiosamente premonitorias, ya que fue su capacidad de llegar al área la que propició que el Atlético derribara al campeón de Europa. Característica que ya había mostrado Llorente en la Supercopa de España contra el Barcelona, o en el partido liguero en Mestalla, en el que marcó el primer gol tirando un desmarque que luego recogió Correa, y yendo al área chica cual ariete para recoger el pase del argentino y marcar.
En Anfield Road volvió a demostrar esa capacidad: yendo a la presión al ataque se encontró en el lugar adecuado para recibir un pase del portugués Joao Félix tras un error del portero Adrián San Miguel. Llorente recibió con la izquierda, se hizo hueco y soltó un derechazo que supuso el 2-1. Otro derechazo, este tras un contragolpe en combinación con Álvaro Morata, supuso el empate y encarrilar el pase a cuartos de final.
En el último mes, el centrocampista madrileño ha marcado tres goles. En toda su carrera anterior, entre el Real Madrid y el Alavés, había anotado dos entre las dos temporadas en la primera plantilla blanca (uno en la final del Mundial de Clubes de 2018) y la cesión al Alavés.
Un lance del fútbol que, por su posición, no había tenido necesidad de practicar, pero en la que fue tremendamente efectivo en el momento más necesario. "Les invito a ver los entrenamientos, tiene un gran golpeo", recordó el 'Cholo' Simeone en la sala de prensa de Anfield Road.
"Simeone siempre insiste en que conduzca, en que finalice, en los entrenamientos lo hago y me dice que lo haga también en los partidos", admitió el centrocampista tras el encuentro, en la zona mixta de Anfield Road.
Conduciendo y finalizando, el Atlético ha descubierto 'otro' Marcos Llorente, un jugador que a sus cualidades ya conocidas de contención y organización del juego le añade velocidad, ímpetu y finalización.
Y que ha hecho un paralelismo familiar: su padre Paco protagonizó una actuación similar en octavos de final de una Copa de Europa y también contra el vigente campeón, el Oporto portugués. Saliendo del banquillo, dio dos pases de gol a Míchel que supusieron el rescate del club blanco (1-2).
Último eslabón de una estirpe que incluye al mito madridista Paco Gento (del que es sobrino nieto) y a Ramón Grosso (su abuelo, madridista que defendió una temporada la camiseta del Atlético), Marcos Llorente siempre ha agradecido al conjunto rojiblanco que apostara por él cuando en el Real Madrid veía cegadas sus opciones.
"En verano me dieron la confianza, apostaron por mí, y es algo que siempre estaré agradecido", dijo a EFE hace un mes un Marcos Llorente que no piensa en rivalidades ciudadanas, sino en seguir progresando. El Atlético ya ha descubierto un nuevo Marcos Llorente, y la última gesta rojiblanca lleva su nombre, de digestión más prolongada en un contexto de fútbol paralizado por el coronavirus.