Diego Costa ya habla de su futuro en Brasil

Diego Costa habla sin problemas de todos los temas que han marcado su carrera. En una extensa entrevista con la ESPN, el jugador del Atlético de Madrid ha recordado su tratamiento antes de la final de Lisboa, su elección de jugar con España en vez de con Brasil y su futuro como jugador en su propio país. Todo ello en medio de los rumores que le sitúan lejos del cuadro colchonero de cara al próximo mercado de fichajes.

"Cuando regrese a Brasil, la gente esperará mucho. Para poder jugar en Brasil tengo que ver si estoy en condiciones para regresar", declaró Diego Costa, que a sus 31 años afronta su momento más complicado en el Atlético de Madrid. "Todo lo que has logrado aquí, en Brasil querrán lo mismo. Tienes que conseguir una buena propuesta y un buen equipo", añadió.

El jugador hispano brasileño reconoció que jugar en su país de nacimiento es "algo que falta" en su carrera deportiva. "En Europa tienes un poco de respeto, nadie viene a los entrenamientos para insultarte. El fútbol es un trabajo normal, tienes días buenos y malos. Implica mucho de cabeza, un buen jugador sin confianza es normal e incluso malo. En Brasil, en cambio, si el equipo está en una fase mala pegan a los nombres importantes", criticó.

Diego Costa, el Palmeiras y la final de Lisboa

Sobre ese hipotético futuro en Brasil, a Diego Costa también le preguntaron por el equipo al que tiene más cariño. "En los buenos tiempos, el Palmeiras. No tenía otra. Edmundo me gustaba mucho, Evair... Pero voy a ser sincero, antes de ser fanático de Palmeiras apoyaba al Corinthians. Entonces el Palmeiras llegó a estar en un buen momento y me convertí en palmeirense", dijo entre risas.

Otro de los temas más llamativos de los que habló el de Lagarto fue aquel famoso tratamiento con placenta de caballo antes de la final de la Champions de 2014. "Se habló mucho del tema, que si era mentira... Fue verdad ese tratamiento, aunque mientras me ponían electroshock el médico se fumaba dos cigarros. Fue duro y muy doloroso, tanto que cuando corría luego no sentía ningún tipo de dolor. Yo sólo pensaba en la final, no pensaba en el Mundial o lo siguiente, sólo Lisboa. Fue uno de los momentos más tristes de mi carrera", admitió. "Hubiera preferido no jugar y dejar sitio a otro compañero".