Athletic Club y Atlético de Madrid se miden este domingo en San Mamés en el más clásico de los duelos rojiblancos de LaLiga, históricamente un potente pulso entre dos equipos unidos por sus raíces, pero esta vez dentro de un panorama desconocido y un tramo determinante, con la incertidumbre de tanto tiempo sin competir, de una preparación física acelerada y unos objetivos aún pendientes por resolver.
En el inicio en el equipo local de la era post-Aduriz tras la reciente retirada del eterno ariete internacional, el partido pone mucho en juego en el comienzo del esprint de once jornadas en las que ambos necesitan remontar: el Atlético hasta la Liga de Campeones, de la que está a dos puestos, pero sólo un punto; y el Athletic hasta la Liga Europa, que, tras el empate del viernes del Valencia, le queda a seis puntos y todavía a tres posiciones de distancia.
El Atlético está inquieto. Nunca antes en cada una de las siete temporadas completas de la era Diego Simeone había llegado a tal punto de la competición, la jornada 28, sin tener resuelto aún el objetivo fundamental: la clasificación para la Liga de Campeones. Es un reto vital para el conjunto rojiblanco. En siete años le ha aportado 419,8 millones de euros de ingresos; 78,5 por ejemplo este curso, cuando todavía aguarda rival en cuartos de final.
No entrar en Champions sería un golpetazo para él, económico y deportivamente, más aún después del impacto que ha supuesto el covid-19 para todos los clubes. Para él, por ejemplo, los cinco encuentros a puerta cerrada en el Wanda Metropolitano reducen 15 millones de ingresos previstos en su presupuesto. Necesita estar cada año en el máximo torneo europeo.
Y más ahora, justo cuando más incierto es el asalto a las cuatro primeras plazas de la tabla y cuando más irregularidad ha presentado a lo largo de este ejercicio, en su peor temporada a estas alturas con Simeone. Nunca antes había producido tan pocos puntos, 45; ni había ganado tan pocos encuentros, 11, ni había marcado tan pocos goles: 31.
Son datos por debajo de lo esperado y de sus precedentes que confluyen en su actual sexta posición, a un punto del cuarto, la Real Sociedad, y a cinco del tercero, el Sevilla, que ha jugado un encuentro más. Más arriba, tanto el Barcelona como el Real Madrid son inalcanzables para el presente curso del Atlético, que vuelve a la competición tres meses y tres días después de su recordada hazaña en Anfield: el 2-3 con el que doblegó al Liverpool en la Liga de Campeones.
Después de un mes y cinco días de preparación, de 26 entrenamientos desde el 9 de mayo hasta este sábado, el Atlético se reinicia como visitante, justo el hándicap que más le ha mermado en esta Liga: sólo ha ganado en tres de sus trece salidas. Ha sumado 16 de 39 puntos. Ni siquiera la mitad de los que ha disputado lejos del Wanda Metropolitano. Un déficit que sólo será asumible si recompone inmediatamente su figura a domicilio.
San Mamés es una prueba de fuego para su colectivo, pero también para Diego Costa, en entredicho por su actual curso, por debajo indudablemente de las expectactivas, pero con toda la confianza de Simeone. Ha marcado siete goles en dos temporadas, limitadas a 40 partidos entre lesiones y sanciones.
Él es el elegido para ser la referencia ofensiva inicial en Bilbao, por delante de Morata, suplente. "No puedo desaprovechar a los dos juntos cuando no tengo un equipo preparado de la mejor manera para sostener esos dos delanteros", explicó en ese sentido Simeone, que en esa demarcación tiene la baja de Joao Félix, sancionado, aparte de Sime Vrsaljko y Felipe Monteiro.
El central brasileño, indiscutible en el once antes del parón, no viaja a Bilbao porque "necesita un mayor tiempo de preparación para tener su mejor nivel" por su altura y su fortaleza, según consideró el técnico.
Aunque Ángel Correa está recuperado desde el jueves de una lesión muscular que le mantuvo dos semanas de baja, al lado de Costa jugará Marcos Llorente, que sube su estatus en las alineaciones y sus posiciones en el campo, desde la banda derecha a la delantera. En Anfield marcó dos goles y dio otro, con su velocidad, su conducción y su tiro, certero, que le hacen titular en Bilbao.
Es el recurso de Simeone para completar el ataque contra el Athletic Club. También irrumpen en el once Yannick Carrasco por la banda izquierda y José María Giménez en el centro de la defensa, donde el uruguayo no figura en el equipo titular desde el 12 de enero. Hace cinco meses. No hay más cambios respecto al once de Anfield, del que permanecen Jan Oblak, Kieran Trippier, Renan Lodi, Stefan Savic, Saúl Ñíguez, Thomas Partey y Koke Resurrección, además de Diego Costa.
Enfrente, en su remontada europea, que se presume épica, el Athletic no podrá contar con su goleador, su referencia y hasta su talismán de la última década: Aritz Aduriz, que ya llegó renqueante al confinamiento por una lesión de cadera que le dijo basta en el parón y le obligó a cerrar a los 39 años una de las carreras más brillantes de un futbolista en la treintena.
La afición bilbaína ya no podrá soñar con que Aduriz, aún sin estar para mucho, enganche una medio chilena para el recuerdo como hizo para batir esta misma temporada a un coloso como el Barcelona de Messi; o a ayudar con su sola presencia sobre el terreno de juego a desbrozar el camino hacia una nueva final de Copa.
Su foto agarrado a la red, tras el gol de Iñaki Williams también al Barça en los cuartos de final de la Copa, como su chilena en liga y goles y goles a lo largo de una década prodigiosa, permanecerá décadas en el inconsciente de los 'athleticzales'.
Pero no solo le falta Aduriz a Gaizka Garitano para el partido de este domingo, ya que quien está llamado a sustituirle a medio o largo plazo, el 'Búfalo' Asier Villalibre, se ha lesionado y será baja. Iñigo Lekue, en duda por una lesión muscular de la que ya está en su última fase de recuperación, sí ha entrado en la convocatoria de 23 jugadores.
El técnico también recupera a Óscar de Marcos para un choque en el que no se esperan novedades en un once más que previsible y en el que la única duda, si la hay, es si jugará con defensa de cuatro o con tres centrales.
Si sale con cuatro atrás, como parece, Iñigo Córdoba será el extremo izquierdo; si opta por tres centrales, su amigo Unai Núñez se situará entre Yeray Álvarez e Iñigo Martínez.
Completarán el once Unai Simón bajo palos; Ander Capa y Yuri Berchiche en los laterales; Dani García y Mikel Vesga en el doble pivote; e Iker Muniain, Iñaki Williams y Raúl García, este haciendo ya 'de Aduriz', en ataque.