El Atlético de Madrid, en racha con trece partidos sin conocer la derrota, con 14 puntos de 18 posibles en la reanudación liguera y reforzado por el empate en el Camp Nou ante el Barcelona (2-2), recibe a un RCD Mallorca que despertó con una goleada al Celta de Vigo (5-1) y tratará de pelear por la salvación.
Desde la derrota en el derbi liguero contra el Real Madrid del primero de febrero (1-0 en el Santiago Bernabéu) el Atlético no dobla la rodilla ante ningún rival. Trece partidos invicto entre todas las competiciones con ocho victorias y cinco empates, es su mejor secuencia del curso, en un momento de crecimiento rojiblanco.
La reanudación de la temporada tras la pandemia le ha permitido mejorar tanto en su propuesta de juego, más ambiciosa en los inicios de los encuentros, como en su efectividad para resolver partidos incómodos, como los que le plantearon Valladolid o Alavés, apoyado en la revelación del ahora atacante Marcos Llorente, el crecimiento del extremo belga Yannick Carrasco, y la sorprendente efectividad de Saúl Ñíguez, autor de tres goles en los últimos dos encuentros, los últimos dos de penalti ante el Barcelona.
Los resultados son palpables: esas 14 unidades en seis jornadas han devuelto al Atlético a los puestos de acceso a la Liga de Campeones -cuando se paralizó la competición era sexto- y ahora defiende su tercera plaza con dos puntos sobre el Sevilla, y la zona Champions con cinco sobre el Villarreal, otro equipo al alza.
Ese crecimiento que hasta ahora había sido nulo para el Mallorca, víctima de un calendario postpandemia terrible con rivales como Barcelona, Villarreal, Real Madrid o Athletic que solo le había permitido sumar un empate ante el Leganés (1-1), pero que abrió una luz a la esperanza con la goleada 5-1 al Celta de Vigo, que marca la salvación con 34 puntos, cinco más que los bermellones (29).
El conjunto de Vicente Moreno tratará de aprovechar ese impulso anímico para plantear un duelo complicado al Atlético -aunque no cuente con el goleador croata Ante Budimir ni el central eslovaco Martin Valjent, ambos ausentes por acumulación de amonestaciones- algo que ya consiguieron tanto el Valladolid como el Alavés apretando sus defensas en el Wanda Metropolitano para poner al conjunto rojiblanco en su peor situación: abrir defensas cerradas.