El Atlético de Madrid continúa preparándose para el reinicio de LaLiga Santander con, evidente, un ojo en el mercado de fichajes. La entidad sabe que la crisis provocada por la COVID19 condiciona su planificación y en el club lo han acatado a la perfección: nuevos tiempos, nuevos movimientos.
Tras un año de reconstrucción en el que el club llegó a acometer un fichaje de 100 millones de euros como es Joao Felix, ahora toca agarrarse a la economía. Gil Marín reconoció que iba a ser un verano complicado y los movimientos así lo delatan.
El Atlético de Madrid ha pasado de fichar a una de las promesas más seguidas en Europa por una cantidad inalcanzable para muchos a buscar jugadores de perfil mucho más bajo. No de menor rendimiento, que eso nunca lo sabremos, pero sí de bajo perfil y coste.
Los máximos ejemplos son Marc Roca y Mathias Olivera. El centrocampista, que sigue negociando con el Atlético de Madrid, llegaría desde un recién descendido, el Espanyol.
Su rendimiento en la última temporada no ha sido el mejor, pero en el club creen que, aprovechándolo, conseguirán sacarle por una cantidad menor y podría recuperar sus credenciales en el Metropolitano. Luis Enrique no olvida su nombre de cara a la Eurocopa.
El segundo, habitual en las alineaciones de Bordalás, no llega como estrella, sino como un currante, un hombre de plantilla, de vestuario y que, sin demasiadas luces, está llamado a ser importante con Simeone.
Los tiempos cambian, el mercado de fichajes también lo hace y en el Atlético de Madrid, especialistas en ello, se adaptan a la perfección.