Tan cierto es que la figura de Diego Pablo Simeone es incuestionable en el Atlético de Madrid como que este sábado estuvo mal. Algo más que mal, de hecho, lo cuál es noticia teniendo en cuenta sus antecedentes. No se entendió su única novedad en el once, cambió de esquema sobre la marcha, quitó a dos de sus mejores hombres y movió las fichas de mala manera. Zinedine Zidane le ganó la batalla y el Real Madrid, el partido. Al Cholo le salió todo al revés.
Empezó el argentino dejando en el banquillo a Saúl Ñíguez para dar la titularidad a Héctor Herrera. El cambio de cromos resulta difícil de entender más por la titularidad del mexicano que por la suplencia del ilicitano, que anda en un estado de forma decepcionante desde hace mucho tiempo. Herrera estuvo mal en el primer tiempo y se quedó en el banquillo en el descanso. No dio fluidez al juego y no saltó con Casemiro en la acción del 1-0. Fue uno de los dos grandes señalados.
Las notas del Atlético de Madrid en Valdebebas: siete suspensos y dos grandes señalados https://t.co/OxUqSrUKhH
— ElDesmarque Atleti (@DesmarqueAtleti) December 12, 2020
Sobre la marcha del primer tiempo, viendo las lagunas del equipo, el entrenador del Atlético de Madrid cambió de su inicial 5-3-2, que tan buenos resultados le venía dando semanas atrás, a su clásico 4-4-2. Adelantó a Yannick Carrasco y colocó a Mario Hermoso de lateral, aunque con poca llegada. Pero luego llegó el descanso y su revolución fue, cuanto menos, sorprendente.
Carrasco, Héctor Herrera y Felipe se quedaron en el banquillo. Lo del belga, a todas luces inesperado, pues venía siendo de los mejores en el equipo rojiblanco. Su primera mitad no fue brillante, es cierto, pero tampoco desastrosa. Las otras dos sustituciones atendían al cambio de esquema, dando profundidad a Lodi y colocando a Mario Hermoso como central y Marcos Llorente en el medio. Thomas Lemar, por cierto, sigue mejorando, pero falló la ocasión clave del partido.
Lodi perdió dos pelotas preocupantes nada más salir al cambio y luego el Atlético se reenganchó al partido, cuando el francés falló aquella ocasión. Poco después, llegó otra sorpresa: Joao Félix, a la grada. Se fue enfadado el portugués, que tampoco estaba brillando demasiado pero cuyo giro del encuentro le pedía a gritos. A todo esto, Luis Suárez seguía sobre el verde sin aportar absolutamente nada.
Apenas dos minutos después llegó el 2-0 y el partido quedó visto para sentencia. A Simeone no le salió nada bien, de inicio a fin, y su equipo lo pagó. Faltó hambre, faltó ambición, faltó un buen plan inicial y una buena reacción desde el banquillo. No tiene muchos fallos el Cholo en su expediente rojiblanco, pero la visita a Valdebebas se recordará como uno de esos días en que volvió locos a sus jugadores, a los aficionados... y a sí mismo.