El Atlético de Madrid se ha proclamado campeón de LaLiga Santander con una temporada sobresaliente. Con sus pequeños altibajos, como todos, pero con un inicio de campeonato apabullante y un final de curso en el que fue capaz de mantener la presión para alcanzar su undécimo título. Una temporada en la que Diego Pablo Simeone dio una vuelta a su sistema, reencontró la capacidad goleadora del equipo y sacó la mejor versión de muchos jugadores que años atrás no habían rendido a tan buen nivel.
En ElDesmarque ponemos las notas y analizamos individualmente el curso de cada uno de los jugadores del Atlético de Madrid que se han proclamado campeones.
Marcos Llorente (10): hay varios líderes, pero quizás el madrileño ha sido el más regular. Acabó desfondado en una temporada que ha acabado con 13 goles y 12 asistencias, un doble-doble al alcance de muy pocos teniendo en cuenta su posición desde el centro del campo. Reconvertido a atacante, se adueñó de la banda diestra y formó una sociedad magnífica con Trippier, con Koke y buscando a Luis Suárez en el remate. La mejor temporada de su carrera.
Stefan Savic (10): sin hacer ruido, el montenegrino ha completado un curso soberbio. Se ha convertido en el líder de la zaga, imperial en el cruce y sobre todo manteniéndose muy bien físicamente, sin ninguna lesión. Además, ha 'aprendido' a sacar la pelota desde atrás y ha dado un paso adelante en cuanto a liderazgo.
Jan Oblak (9): empezó el curso con algunas dudas y por momentos parecía que ya no era determinante... pero el esloveno siempre lo es. Quizá su momento álgido llegó ante el Alavés con aquel penalti parado en el 88'. Otra temporada sobresaliente en el que vuelve a conquistar el Trofeo Zamora.
Koke Resurrección (9): capitán dentro y fuera del campo. Con el cambio de sistema, obligado a tirar él solo de toda la medular y abarcar mucho campo durante la mayor parte de los partidos. Otro de los jugadores que ha dado un paso adelante, el mejor relevo de Gabi (el último capitán campeón) y la mano derecha de Simeone sobre el césped.
Yannick Carrasco (9): de notable a sobresaliente. El costado zurdo ha sido suyo con muchísimo trabajo defensivo y llegada ofensiva durante buena parte del curso, pero en el tramo final fue clave sobre todo cerca del área. Ha acabado a un nivel soberbio y sus números lo dicen todo: siete goles y 11 asistencias esta temporada. Está en plena madurez y el paso por China parece haberle sentado muy bien.
Luis Suárez (9): también ha tenido sus altibajos el uruguayo, que completó una primera vuelta muy buena y luego se atascó con el gol con una lesión de por medio en el tramo central del curso. Pero apareció en el momento definitivo: ese gol a Osasuna, ese último gol al Valladolid para proclamar al Atlético de Madrid campeón. Quería demostrar su valía y vaya si la ha demostrado.
Mario Hermoso (8): de más a menos. El central encontró su sitio en la defensa de tres centrales de Simeone en el costado zurdo, con una gran salida de balón y mostrándose más seguro que cuando sólo había dos centrales. Su primera vuelta fue sobresaliente, pero es cierto que en la segunda, sobre todo en el tramo final, se mostró algo más dubitativo.
Ángel Correa (8): más ángel que demonio. Ha completado, probablemente, su mejor temporada desde que llegó al Atlético de Madrid, que se dice pronto. Nueve goles y diez asistencias y un nivel muy alto en este tramo final. Tuvo una terrible racha de fallos ante el Levante y el Betis pero tras aquel abrazo con Simeone, se reencontró ante la Real Sociedad y el Valladolid en esa última jornada.
Kieran Trippier (8): regularidad e indispensable en la banda derecha, donde nadie le ha tosido. Empezó el curso a un nivel muy alto y con una sociedad perfecta con Marcos Llorente y luego llegó la sanción de la FA, que le dejó casi dos meses sin jugar. Simeone no fue capaz de tapar aquel agujero y agradeció su regreso para el último tramo del curso.
José María Giménez (7): otra temporada con altibajos. Cuando coge ritmo y enlaza varios partidos alcanza un nivel muy alto, quizá de los mejores centrales de LaLiga. El problema es que las lesiones le han vuelto a perseguir y se ha perdido demasiados encuentros, perdiendo a su vez tono físico y continuidad en el once.
Thomas Lemar (7): una de las noticias más positivas de la temporada, aunque al final se ha quedado un poco a medias por sus lesiones del tramo final de curso. Por fin ha encontrado su sitio, con mucha incidencia y verticalidad en el juego ofensivo del equipo y afianzándose en el once de gala. Le faltan números (sólo dos goles y cinco asistencias entre todas las competiciones) para dar un paso más.
Felipe Monteiro (6): de menos a más. Su primera mitad de curso fue muy pobre y rozando el suspenso, sin ritmo físico y con fallos preocupantes. El cúmulo de partidos le hizo reencontrar un nivel óptimo y en Valladolid, sin ir más lejos, fue el mejor del equipo. Le cuesta mucho encontrar el ritmo, pero su tramo final de temporada demuestra que cuando lo hace es un central 'top'.
Renan Lodi (6): perdió su condición de titular y no se terminó de afianzar como carrilero zurdo. Dejó algunas dudas a nivel defensivo en muchos encuentros, aunque también sumó bastante en otros tantos. El partido ante Osasuna le define: falla en el marcaje del 0-1 y luego tira del equipo en ataque y marca el empate. Tiene que mejorar atrás.
Héctor Herrera (6): temporada difícil la del mexicano. Simeone tiene mucha estima en él y fue titular en el primer tercio de curso, pero luego enlazó casi tres meses sin jugar entre lesiones y tragedias personales. También sumó positivamente en algunos encuentros, pero en términos generales no se termina de afianzar.
Joao Félix (6): sus primeros partidos de la temporada fueron soberbios, tirando del equipo ofensivamente y a un nivel muy alto, marcando goles, repartiendo asistencias y con mucha participación. Luego llegó una pequeña lesión y desde que empezó el año, mucha intrascendencia. Correa le quitó la titularidad y fue incapaz de demostrar cada vez que salía del banquillo (o cuando lo hacía de inicio) que merecía más minutos. Por momentos, un actitud preocupante. Debe madurar.
Geoffrey Kondogbia (5): llegar a un Atlético de Madrid que lleva un mes compitiendo no es fácil. No ha terminado de tener demasiada continuidad, pero no ha desentonado en sus participaciones y dejó alguna actuación muy positiva como la de Elche.
Saúl Ñíguez (5): curso difícil para el ilicitano. Ha perdido ese cartel de titular indiscutible, pero aún así, entre unas cosas y otras, ha jugado casi todos los partidos y la gran mayoría como titular. Está muy lejos de su mejor nivel, aunque en el tramo final de curso tiró de pundonor para aportar lo máximo al equipo y ayudar a alzar el título liguero. En términos generales, una sensación de que lleva dos o tres años estancado en cuanto a juego.
Lucas Torreira (4): sin minutos en los últimos encuentros, con oportunidades de titular pero poca incidencia en el juego en términos generales. Simeone le quitó en más de una ocasión al descanso y en general, decepcionó más que impresionó.
Moussa Dembélé (4): prácticamente inédito. Llegó como sustituto de Diego Costa y estaba tocado, luego se contagió de coronavirus, luego tuvo aquel susto en el entrenamiento y al final apenas ha jugado cuatro ratos. No marcó y no se puede decir que fuera un desastre, pero tampoco ha sumado nada.
Sime Vrsaljko (3): el curso pasado mostró un buen nivel cuando le tocó reaparecer. Este, en cambio, ha sido todo lo contrario. Tuvo su oportunidad con la sanción de Trippier, pero mostró un nivel bastante pobre y no se adaptó a ese puesto de carrilero diestro. Simeone acabó apostando por Llorente en ese sitio hasta que volvió el inglés.
Vitolo (2): el jugador de la primera plantilla que menos ha sumado, aunque con una actitud irreprochable. Ha desaparecido por completo de los planes de Simeone conforme ha ido avanzando la temporada. Ni siquiera fue capaz de demostrar que merecía más en sus titularidades en la Copa del Rey, sin ritmo, protagonismo ni buen juego en sus pocas participaciones.
Ivo Grbic (SC): el croata no ha debutado en LaLiga Santander y sólo ha jugado un partido de Copa del Rey en el que no le tiraron ni a puerta.