Antoine Griezmann empieza a coger ritmo en el Atlético de Madrid. El francés volvió al Metropolitano en el último día del mercado de fichajes procedente del FC Barcelona, donde no terminó de cuajar en dos temporadas. Su regreso, eso sí, ha sido en calidad de cedido. Una cesión con unas condiciones entre los dos clubes para su continuidad que están casi al límite.
El presidente blaugrana, Joan Laporta, confirmó tras el cierre de mercado las cláusulas pactadas entre las entidades. "Para que se ejecute la cláusula de compra del Atlético, Griezmann debe jugar el 50 por ciento de los partidos en los que esté disponible", desveló. Si el francés disputa más de la mitad de los minutos en los que no esté sancionado o lesionado, el Atlético pagará hasta 40 millones de euros por su compra.
El delantero, de momento, ha tenido la oportunidad de jugar siete partidos con la camiseta rojiblanca sumando los cinco de LaLiga Santander y las dos primeras jornadas de la Champions League. De momento, cumple con esas condiciones de jugar al menos la mitad de los minutos, pero lo hace al filo de la navaja.
De 630 minutos posibles en esos siete encuentros, Griezmann ha estado 352 minutos sobre el césped, lo que supone un 55,8 por ciento del tiempo total. Se salva, en parte, gracias a que ha sido titular en cinco de los seis encuentros ligueros, aunque sólo ha completado los 90 minutos en uno de ellos. El francés no fue titular ni ante el Milan ni ante el Barcelona, gozando de 31 y 18 minutos respectivamente en esos encuentros. Una dinámica que podría provocar que ese porcentaje bajara si se mantiene su suplencia.
Su problema es que Luis Suárez es fijo como referencia ofensiva, Joao Félix ha vuelto a gran nivel y Thomas Lemar es el mejor de la medular. También anda por ahí Correa, que ahora parece haber dado un pequeño bajón tras un gran inicio. La competencia es máxima y todo apunta a que ese 50 por ciento pactado estará al límite a final de temporada.