El Atlético de Madrid tiene un problema. El mercado de fichajes de enero se cerró con más pena que gloria, pero en el próximo período estival se jugará nada menos que 78 millones de euros. Hay cuatro jugadores que están señalados en estas operaciones y sus casos conviene analizarlos uno a uno. Sin duda, el de Álvaro Morata es el más preocupante.
Cabe recordar que el Atlético pagó 55 millones de euros por su fichaje. Finalmente, completará esta temporada su segundo curso como cedido en la Juventus, que ha pagado 10 millones por cada año de cesión. El club de Turín tiene una opción de compra de 35 millones para el próximo verano, pero todo apunta a que no la ejecutará.
El caso es que Morata, si vuelve al Metropolitano, sólo tiene un año más de contrato con la entidad rojiblanca. Parece difícil que el madrileño tenga hueco en el equipo de Simeone, por lo que todo apunta a una salida que no será sencilla. El objetivo del club será encontrarle un destino en el que paguen esos 35 millones que necesita embolsar para recuperar su inversión, pero el hecho de que sólo tenga un año más de contrato complicará la operación. La Premier League es la gran esperanza de la entidad.
En un caso que tiene ciertas similitudes está Saúl Ñíguez. El centrocampista se marchó cedido al Chelsea y el club londinense tiene una opción de compra de 35 millones de euros que, salvo sorpresa, tampoco ejecutará. Todo apunta a que el ilicitano volverá al Metropolitano en verano y evaluará de nuevo su futuro. La venta de Saúl no se antoja urgente, pero su gran problema es que tiene contrato hasta 2026 y un salario importante dentro de la plantilla.
Otro cedido que tiene una opción de compra en verano es Ivo Grbic. El Lille deberá decidir si paga los 8 millones de euros que se estipulan en su contrato de cesión y, si no los paga, regresará al Atlético. En este sentido, cabe recordar que Lecomte está cedido hasta final de curso, por lo que se marchará y dejará un hueco bajo palos en verano.
Respecto a los cedidos también está el caso de Vitolo. El Getafe CF se ha planteado cortar su cesión ante la falta de minutos, continuidad y rendimiento, lastrado otra vez por las lesiones, pero finalmente se ha quedado en el Coliseum. El canario renovó con el Atlético antes de marcharse hasta 2024 para diferir su salario y su futuro vuelve a ser una incógnita después de pagar 36 millones de euros por su fichaje en verano de 2017.