Ridículo. Así ha sido el partido del Atlético de Madrid ante el Levante UD, el colista de LaLiga Santander que sólo sumaba dos puntos fuera de casa en toda la temporada, 50 goles en contra y un triunfo en todo el curso... y este miércoles se ha llevado tres en casa del campeón. Un partido que, para colmo, ha dejado a un jugador rojiblanco encarado con su propia afición.
El protagonista en cuestión ha sido José María Giménez. El encuentro estaba cerca de llegar al minuto 90 y el Atlético, que ni siquiera había tirado a puerta -ni lo hizo en el tramo final-, seguía sin llegar al área contraria. Tensión en el campo y en la grada, marcador en contra ante un rival muy débil y una situación que lo pone todo aún más difícil.
Buena parte de la grada estaba ya pitando a su equipo en ese momento. Fue entonces cuando Giménez, que se acercó a la banda en una acción defensiva, se dirigió al público y le recriminó esos pitos. Pedía ánimos, un último aliento al equipo en ese tramo final en busca del empate. Traducir esa energía en positividad y no en lo contrario. Y los aficionados, en lugar de reaccionar de manera positiva, lo hicieron con pitos.
A partir de ahí, Giménez tocó tres o cuatro veces la pelota ante una sonora pitada de una parte del Metropolitano. Concretamente, de la esquina de Lateral Oeste con Fondo Norte, sobre todo la grada baja que está más cerca del campo. Más tensión en un equipo en el que no termina de salir nada. Otro sector de la afición, por cierto, acabó cantando "a Segunda oé" al cuadro granota en ese tramo final para el olvido.
"En todas las familias hay broncas. La gente sabe que les aprecio porque sin ellos no sería nada".
La explicación de @JoseMaGimenez13. #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/HU7JD152DI— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) February 16, 2022