Ya ha doblegado el Atlético de Madrid al Oporto, al Bayer Leverkusen y al Brujas, sus competidores en el grupo B de la actual edición de la UEFA Champions League, a lo largo de la era Diego Simeone, cuyos precedentes son favorables contra cada uno de ellos como también lo es su plantilla, su presupuesto, sus individualidades, el nivel de su equipo y casi cualquier perspectiva en su confrontación contra ellos que lo proponen como un favorito al acceso a los octavos de final, incluso al liderato.
Hay matices, sin duda, como por ejemplo todo lo que le costó al conjunto rojiblanco superar al bloque portugués en el duelo directo de la última jornada de la fase de grupos de la pasada campaña, que ganó el Atlético por 1-3 en Do Dragao, pero no hay discusión sobre el beneficioso sorteo del equipo de Simeone, que evitó al Bayern Múnich, al Manchester City o al París Saint Germain, en el primer bombo; al Nápoles, al Inter o al Borussia Dortmund, en el tercero, y al Marsella, al que ganó la final de la Liga Europa en 2018, en el cuarto.
La 'Champions' es la última frontera del Atlético y Simeone. Aún inabordable. Un desvelo constante que se reproduce cada curso, cada vez que el conjunto rojiblanco divisa lo que jamás ha conseguido, lo único que le falta en todo su recorrido centenario: la Copa de Europa o la Liga de Campeones. No la ha ganado nunca, tan cerca y tan lejos, a punto cuando atravesó todo el camino hacia tres finales... Las tres crueles. Las tres, subcampeón.
De 1974, de aquel gol en la prórroga del Bayern Múnich que empató el golazo de falta directa de Luis Aragonés (1-1) que provocó la única final de desempate de la historia de la competición, con un 4-0 apabullante en contra, derrotados desde el mismo momento que el duelo anterior terminó con igualada, hasta la última década y la era Simeone, cuando alcanzó dos finales que revivieron la desolación de entonces.
El 4-1 con el que cayó en la prórroga ante el Real Madrid en Lisboa o la tanda de penaltis que lo frustró en Milán contra el mismo adversario, tan latente aún como que permanecen ocho jugadores de entonces en la actual plantilla: Jan Oblak, José María Giménez, Stefan Savic, Yannick Carrasco, Saúl Ñíguez, Koke Resurrección, Antoine Griezmann y Ángel Correa, aparte de Simeone y parte de su equipo.
Ya han pasado seis años de su última final. En 2016. Y cinco de su semifinal más reciente de la Liga de Campeones. No ha llegado hasta ahí en el último lustro. Ni la pasada campaña, aunque arrinconó contra las cuerdas al Manchester City; ni la anterior, en 2020-21, cuando fue apeado de los octavos de final por el Chelsea; ni en 2019-20, cuando lo eliminó el Leipzig en Lisboa; ni en 2018-19, con aquel golpetazo ante el Juventus en octavos; ni en 2017-18, cuando ni siquiera superó la fase de grupos y luego fue campeón de la Liga Europa.
A nadie en la historia de la Copa de Europa o la Liga de Campeones le costó tanto conquistar ese título. Nadie jugó tres finales y no estrenó su palmarés en la competición. Ya no está entre los más firmes favoritos, dentro de la montaña rusa que han sido sus últimas participaciones en el torneo (de sus 20 duelos más recientes en la Champions, sólo ha ganado seis, que supone un 30 por ciento, por los seis empates y las ocho derrotas). Ha sido segundo de grupo en cada una de las últimas cuatro ediciones, sin ganar su cuarteto.
EL 'NUEVO' OPORTO... UN AÑO DESPUÉS
Pero sí es el candidato número uno en el grupo B que le deparó el sorteo, con el permiso, sobre todo, del Oporto, del que ya comprobó su incansable nivel de presión, su fortaleza colectiva y su intensidad. Lo sufrió hace un año en el Metropolitano, con un empate sin goles, y lo padeció aún más en Do Dragao, en el duelo en el que combatió -y ganó- contra el equipo portugués y frente al fracaso en la última cita de la fase de grupos. Necesitaba vencer, lo hizo y avanzó a los octavos de final de la máxima competición continental.
El campeón de Portugal, decimosexto en el ránking de la UEFA, tercero la pasada campaña en el grupo que compartió con el Atlético y que ganó el Liverpool y ganador de la máxima competición continental en 1986-87 y 2003-04, mantiene la idea de entonces, dentro del proyecto liderado por el entrenador Sergio Conceição, que ya suma un lustro, con tres Ligas, dos Copas y tres Supercopas de Portugal. En Europa sube la exigencia.
Pero hay varias diferencias sustanciales, en cualquier caso, respecto al doble choque que lo enfrentó la pasada campaña con el Atlético. Ya no está Luis Díaz, fichado el pasado mercado de invierno por el Liverpool. Ni tampoco Fabio Vieira, traspasado al Arsenal. Ni Vitinha, al París Saint Germain. Y han llegado el central David Carmo o el prometedor extremo procedente del Palmeiras Gabriel Verón. Es el líder de la Liga lusa: nueve de nueve puntos, nueve goles a favor y sólo uno en contra. Nadie alcanza su ritmo por ahora en Portugal.
EL LEVERKUSEN, EL PENÚLTIMO DE LA BUNDESLIGA
También se reencuentra el Atlético con el Bayer Leverkusen. El conjunto de Diego Simeone lo ha eliminado dos veces en sendas eliminatorias de los octavos de final de la Liga de Campeones, aparte de superarlo en una fase de grupos, aunque perdió dos de esos seis enfrentamientos (1-0 en 2014-15 y 2-1 en 2019-20) contra el bloque alemán, cuyo infame inicio de curso lo sitúa en la penúltima posición de la Bundesliga, sin un solo punto de los nueve que ha competido y con nada más un gol. La pasada campaña marcó 80 tantos.
No es su lugar en la clasificación, nada que ver con el nivel que se le presupone por su bloque y por sus jugadores, pero es el que ocupa ahora mismo cuando ya se aproxima el inicio de la Liga de Campeones. A la vez, ha recibido seis goles el grupo dirigido por Gerardo Seoane, que tomó el mando en 2021 y que dirigió al equipo a la máxima competición continental, como tercero de Alemania, más allá de su comprometido comienzo del actual ejercicio.
Adam Hložek, 20 años, es su único refuerzo. Sus 40 goles y 36 asistencias en 132 partidos por el Sparta Praga, con el que debutó con tan solo 16 años, avalan el salto del delantero al Bayer Leverkusen y la Bundesliga, aunque, hasta ahora, no ha marcado ningún gol.
El único hasta ahora del equipo en esta edición del campeonato germano fue del chileno Charles Aranguiz, que forma en el centro del campo con Exequiel Palacios. Arriba juega Patrik Schick, goleador 24 veces la anterior Bundesliga.
LA ADVERTENCIA DEL BRUJAS, CON JUTGLÁ, LANG Y SKOV OLSEN... PERO SIN KETELAERE
También se ha enfrentado el Atlético de Simeone al Brujas en la Liga de Campeones. Fue en 2018, con una victoria por 3-1 ya en el Metropolitano, pero con un aviso en Bélgica: el 0-0 con el que terminó el conjunto rojiblanco aquella fase de grupos y que lo relegó, de forma irremediable y ruidosa, a la segunda posición de su cuarteto. En la siguiente ronda le tocó el Juventus, que lo zarandeó en la vuelta con el 3-0 monopolizado por Cristiano Ronaldo. No puede permitírselo de nuevo.
Avisado está el equipo madrileño, que es mejor que el campeón de Bélgica, cuyo ránking ya habla de la diferencia (es el 44 de Europa). Su subcampeonato continental queda ya muy, muy, muy lejos. Data de 1977-78. Era otra época, otro fútbol y otro Brujas.
Dirigido ahora por Carl Hoefkens, campeón de Bélgica durante tres años seguidos, ha fichado este verano a Ferrán Jutglà, traspasado del Barcelona al Brujas y en racha en este inicio de campaña, con tres goles y dos asistencias en las primeras cinco jornadas, y ha perdido a Charles De Ketelaere, que ha firmado por el Milan.
El extremo Noa Lang, neerlandés de 23 años, que ha anotado 27 goles y ha dado otros 27 a sus compañeros en sus tres campañas en el club, incluida la actual, y el internacional danés Andreas Skov Olsen, de 22 años, con tres tantos en las primeras cinco citas ligueras, además del gol ganador en la Supercopa de Bélgica, también acaparan los focos en el Brujas, que la pasada temporada fue goleado por el City (1-5 y 4-1), el Leipzig (0-5) y el PSG (4-1) en sus últimas cuatro jornadas. En las dos primeras, igualó al PSG (1-1) y ganó al Leipzig (1-2).