Desde su vuelta hace un año, Antoine Griezmann nunca había sido tan decisivo para una victoria del Atlético de Madrid en el Metropolitano como en su primera etapa ni como este miércoles, cuando resurgió como goleador determinante, rumbo a la historia del club, a tan sólo dos tantos de alcanzar a Francisco Campos en la tercera plaza de los mejores anotadores de todos los tiempos, dentro del reajuste de minutos que sufre, relegado a jugar a partir de la hora de cada duelo por una razón exclusivamente económica.
Una estrategia desde el club extendida al banquillo y al terreno de juego, asumida por todos, que responde a los 40 millones de euros que deberá pagar el club rojiblanco al Barcelona, en concepto de traspaso después de sus dos años de cesión, en el caso de que el internacional francés juegue al menos 45 minutos en el 50% de los encuentros que esté disponible entre la pasada temporada (30 de 37) y la actual, en la que ninguno de sus cinco duelos (todos a partir del minuto 60) cumplen con la citada condición.
El 81% de la pasada campaña lo condiciona todo para el presente curso, en esa rebaja (o presión para el Barcelona) que se propone el Atlético para reducir el porcentaje de encuentros bajo esas premisas del futbolista francés.
Ahora está en un 71%, diez puntos por debajo de lo que terminó el ejercicio anterior, pero no es tan fácil reducirlo por debajo de la mitad. Para hacerlo con toda la celeridad posible y plantearse, quizá, otro escenario o fórmula para repartir su tiempo sobre el terreno de juego en momentos más definitivos de la temporada, debería jugar menos de 45 minutos (tiempos añadidos incluidos) todavía en cada uno de los próximos 18 encuentros que esté disponible para Diego Simeone.
"Es lo que hay. No está en mis manos. Agradezco estar aquí. Mi familia y yo estamos contentos. Quiero más, pero voy a dar todo en los minutos que juegue. Todo por el Cholo (Simeone), por el club, por la afición... Y a disfrutar", expresó Griezmann, en los micrófonos de Movistar, donde habló por primera vez de una situación nueva para él, tan ajena en toda su vida profesional: nunca había sido suplente más de cuatro partidos seguidos.
Ni en el Atlético de Madrid, hasta ahora; ni en el Barcelona, cuando no era indiscutible ni mucho menos para Ronald Koeman; ni tampoco en la Real Sociedad, ni siquiera cuando ascendió al primer equipo en 2009, cuando fue su serie más larga en el banquillo como profesional, con cuatro encuentros consecutivos, entonces en Segunda División. Ahora son cinco, todos y cada uno de este curso entre la LaLiga Santander y la UEFA Champions League.
"Está claro que son muchos años que llevamos juntos, hay un afecto importante, pero, más allá de eso, hay una realidad: los números. Más allá de que la pasada temporada fue mala o regular (anotó ocho goles en 36 encuentros, un gol cada cuatro partidos y medio, cuando en su primera etapa era de más del doble, un tanto cada menos de dos choques), los números son tremendos. Esperemos que él esté fuerte de la cabeza y entendemos que estos pasajes de la temporada nos sirva cómo lo estamos utilizando", explicó, a su vez, Diego Simeone.
Habló de "estos pasajes" como si fuera una situación temporal en este momento del curso. ¿Hay un límite marcado para que Griezmann empiece ya a jugar más tiempo? No lo desveló Simeone, que esquivó la respuesta. "Sí podemos ver las realidades. En 30 minutos lo está haciendo muy bien. No sabemos con 60. Veamos las realidades. Yo, obviamente, voy con la realidad", regateó, sonriente, el técnico, el gran valedor del atacante francés en el Atlético, tanto para recuperarlo en su día como para sostenerlo ahora después de un verano agitado.
"Lo quiero mucho. Es un jugador que para el vestuario suma jugando lo que tenga que jugar. Nos dio la victoria. Me alegra muchísimo por él, pero sobre todo por el equipo", apuntó José María Giménez, su compañero en el Atlético. "Griezmann es un gran jugador, que cualquier minuto y segundo puede hacer la diferencia haciendo un gol o haciendo una asistencia. Todo el mundo se lleva muy bien con Antoine. Está bien, trabaja todos los días muy intenso, es un jugador con compromiso y con todo", valoró, a la vez, Reinildo Mandava.
Un gol que necesitaba Griezmann. En el minuto 101 y, sobre todo, para dar la victoria al Atlético, con el cabezazo en el segundo palo con el que remachó el balón peinado en el primero por Axel Witsel y con el que su equipo doblegó al Oporto, a la locura y a sus problemas evidentes durante todo el duelo en un final de choque frenético, que también es historia de la Champions: sólo en dos ocasiones se han marcado tres goles en el tiempo añadido en esta competición (sin contar las prórrogas), las dos con ambos equipos como protagonistas, entre este miércoles y el 1-3 del diciembre pasado en Do Dragao.
El primer y máximo goleador de la historia del Metropolitano (33 tantos en 68 choques en este estadio, de los que 28 en 48 duelos corresponden a su primera etapa, cuando fue determinante en 15 victorias del equipo rojiblanco en su casa, o 40 puntos como local en LaLiga Santander, entre 2017-18 y 2018-19, cuando se fue al Barcelona) ya no era tan decisivo como lo fue para su conjunto en el pasado... hasta este miércoles con el Oporto.
Su gol 144 en 298 encuentros oficiales con el conjunto rojiblanco, con un 40 por ciento de incidencia en los tantos del equipo en su primera era en el club o con un impacto de 97 puntos en LaLiga Santander como factor indispensable, lo sitúan invariablemente entre los mejores goleadores de la historia del club.
Y lo postulan para ser el mejor de todos los tiempos si es capaz de marcar 28 dianas más de aquí al final del curso (suma tres en cinco duelos en este inicio) para alcanzar a Luis Aragonés, con 172. O si finalmente sigue en el equipo más allá de este ejercicio, con todo lo incierto que es eso a día de hoy, porque, si no cumple con los 45 minutos al menos en el 50 por ciento de sus choques, volvería al Barça, después de dos años de cesión de rojiblanco.
Los 28 goles en el resto de la campaña, que serían 31 en total con los tres que ya ha aportado (uno en el 0-3 al Getafe, otro en el 0-1 al Valencia y uno más en el 2-1 ante el Oporto de este miércoles) no es una cifra descabellada para Griezmann, aunque sólo lo logró una vez en su pasado en el Atlético, con 32 dianas en 2015-16, pero entonces era un titular absolutamente imprescindible que hoy no es.
Rebasado el legendario José Eulogio Gárate, con 137 goles hasta su retirada en 1977, su entrada en el podio de goleadores históricos del Atlético sí es ya una cuestión de tiempo. A Francisco Campos, tercero, con 146 dianas entre 1939-48, campeón de las dos primeras Ligas de la historia del club, entonces bajo el nombre de Atlético Aviación y dirigido desde el banquillo por Ricardo Zamora, ya lo tiene a dos tantos de distancia. A Adrián Escudero, el segundo, a 23, aunque la economía del club dicte que no se acerque a jugar 45 minutos.