Tanto Diego Pablo Simeone como su hijo Gio han dejado claro en diversas entrevistas que les gustaría jugar juntos algún día. Una oportunidad que surgió este año pero que el Atlético de Madrid rechazó llevándose el Nápoles a un jugador que se está convirtiendo en una de las revelaciones de la UEFA Champions League.
El mayor de los hijos del Cholo, de 27 años, ya había demostrado de lo que era capaz en la Serie A. Con Genoa, Fiorentina y Cagliari ya había superado la barrera de los 10 goles y la temporada pasada se fue hasta los 17 jugando en el Hellas Verona.
De ahí que este verano le tocara dar el salto definitivo a un equipo de Champions, y fue el Nápoles el que se llevó la partida pagando tres millones por su cesión a la espera de una opción obligatoria de compra por 12 para el próximo verano. El Atlético de Madrid intentó dar salida a Álvaro Morata y le tuvo en la lista de recambios pero finalmente no llegaron ofertas suficientes y el español convenció a Simeone en pretemporada.
Gio Simeone se marchó de este modo al cuadro napolitano, donde ha empezado con buen pie. En este arranque de campaña suma dos goles en la Serie A y otros dos en la Champions, cumpliendo su sueño de marcar un gol en la máxima competición continental, un torneo cuya copa tiene tatuada desde los 14 años.
El Nápoles marcha primero en Italia y en su grupo de Champions por delante de Liverpool y Ajax. Diego Pablo no se olvida de su hijo Gio ni este de su padre y el Atlético de Madrid, como demostró su celebración en plena entrevista en la jornada 1 cuando se enteró del gol de la victoria rojiblanco ante el Oporto.