Hay fichajes que no tienen buena pinta desde el primer momento. El Atlético de Madrid ha protagonizado un mes de enero algo agitado, con tres salidas y dos llegadas que tendrán continuidad el próximo verano, cuando se esperan más movimientos. Diego Pablo Simeone parece tener una plantilla algo más equilibrada, con todos los puestos doblados por fin, pero hay un jugador cuya presencia en la plantilla es casi fantasmagórica.
Hablamos de Sergio Reguilón, cuya llegada al Metropolitano despertó muchas críticas y a quien prácticamente no se ha podido ver con la camiseta rojiblanca. El lateral llegó el último día de agosto pero, entre unas cosas y otras, ha llegado el mes de febrero y ni siquiera llega a los 100 minutos, habiendo participado únicamente en cinco partidos.
Su llegada fue cuanto menos cuestionable. Se fue Renan Lodi y la dirección deportiva, con Andrea Berta a la cabeza, intentó buscar un parche para ese costado zurdo. Lo que nadie pensaba es que firmaría a un declarado madridista, con pasado en el eterno rival, en calidad de cedido y, para colmo, lesionado.
Reguilón no jugó ninguno de los 16 primeros partidos de la temporada debido a una pubalgia que le había obligado a pasar por el quirófano. En la UEFA Champions League no tuvo ni un minuto en los seis encuentros y en LaLiga Santander su primera convocatoria llegó a finales de octubre. Hubo que esperar al 9 de noviembre, ante el Mallorca, para verle debutar, jugando los 20 últimos minutos del partido.
Ahí llegaron sus únicas cinco participaciones: minutos ante Mallorca, Elche, Oviedo, Barcelona y Almería de manera consecutiva. Pero en el estadio andaluz, en apenas 20 minutos, vio dos amarillas casi consecutivas y una roja que le dejó sin participar ante el Valladolid.
Desde aquella expulsión, el lateral ha vuelto a desaparecer. No pudo jugar el mencionado duelo ante el Valladolid, pero es que tampoco tuvo minutos ante Levante, Real Madrid, Osasuna ni Getafe. Ni oportunidades coperas ni rotación liguera, con Reinildo Mandava afianzado como lateral zurdo y con Reguilón convertido en un fichaje casi fantasma en el Metropolitano: nadie le quería y ahora ni Simeone parece acordarse de él.