A catorce meses de la finalización de su contrato con el Atlético de Madrid y con la opción preferente de compra por menos de 20 millones de euros de la que dispone el Barcelona al final de esta misma campaña, el duelo dominical sitúa a Yannick Carrasco entre el presente y el futuro, que se definirá este verano, bien para vestirse de azulgrana, bien para ir a otro lugar o bien para la continuidad.
Sin acuerdo para su renovación hasta ahora, el Barcelona ya fue una posibilidad muy concreta en invierno. El Atlético se negó en rotundo a su salida, por su condición crucial en el esquema de Diego Simeone, ahora de nuevo reintegrado en esa posición de carrilero por la izquierda en la que crece de nuevo, tras meses por debajo del nivel de otros tiempos, con el anhelo de reencontrarse con la versión del campeón de la Liga en 2022-23.
En verano es diferente. Porque por ello negoció el Barcelona la opción de compra preferente, no obligatoria, por Carrasco cuando trataba la venta de Memphis Depay al Atlético, cuando propuso un intercambio. Entonces, el club rojiblanco logró posponer la marcha (y la decisión) al menos hasta el final del curso, aunque al futbolista, en palabras de su agente entonces, Pini Zahavi, le "gustaba" la idea de irse en enero a la entidad azulgrana.
No lo permitió el Atlético, porque entendía que su salida en enero debilitaba a la plantilla de Simeone para el segundo tramo, en el que se mantiene la incertidumbre sobre su futuro.
El próximo verano surge como una fecha límite. No sólo porque el Barcelona ejecute o no la opción de compra, ya sea por el precio actual o rebajada, sino porque, en cualquier caso, no parece posible que Carrasco siga en el Atlético si no renueva para ser libre el 30 de junio de 2024, sin recibir dinero de traspaso. Aunque el club confía en que seguirá, la situación no invita al optimismo.
Entonces, nacido el 4 de septiembre de 1993, tendrá ya 30 años; cinco de ellos en las filas del Atlético de Madrid, al que llegó del Mónaco en 2015, del que se marchó al Dalian Yifang chino en febrero de 2018 y al que regresó en el invierno del curso 2019-20 para reencontrarse en la competición de alto nivel, en Europa.
Y para demostrar todo el fútbol que le quedaba al extremo, protagonista de 255 partidos de rojiblanco y una contribución de 81 goles, entre sus 43 tantos y sus 38 asistencias, según la estadística avanzada de Be Soccer.
Su madurez, en contraste con su primera etapa, lo consolidó en el Atlético a su vuelta. También una posición que ya había desarrollado en la selección belga a las órdenes de Roberto Martínez, como carrilero zurdo de gran recorrido, donde también lo ubicó Simeone en la campaña 2020-21 para ser campeón de la Liga. Su único título con el club rojiblanco, con el que fue, además, finalista de la Liga de Campeones en 2015-16. Suyo fue el gol con el que empató en San Siro contra el Real Madrid. Luego fue derrotado en la tanda de penaltis.
Carrasco es un jugador diferente de aquel momento a ahora, pero su aportación es parecida.
De su primer paso por el club, con unas condiciones indiscutibles y una adaptación puesta en duda desde algunas perspectivas, su presencia como titular fue similar, con 124 partidos, 92 de inicio, igual que su contribución ofensiva: 23 tantos y 15 asistencias.
En su segunda etapa, más allá de sus altibajos en los últimos meses, cuando perdió incluso la titularidad en el tramo entre el 21 de enero y el 12 de febrero, con cinco encuentros sucesivos como suplente, incluido el partido de los cuartos de final de la Copa del Rey contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, ha sido un hombre habitual en el esquema de Simeone: 20 goles y 23 pases decisivos a sus compañeros, dos en los dos partidos más recientes. Uno contra el Rayo Vallecano y otro el pasado domingo ante el Almería.
De hecho, en este momento, el de más esplendor de toda la temporada del Atlético, como remarcan sus seis victorias consecutivas, él ha aportado dos goles y dos asistencias, después de una secuencia de diez encuentros consecutivos sin hacer ni lo uno ni lo otro. Una revaloración que pone a prueba ante un hipotético futuro: el Barcelona en el Camp Nou.
Ya demostró allí sus cualidades en el pasado. Nunca ganó. Son cuatro empates y tres derrotas con la camiseta rojiblanca en el campo azulgrana, desbordante en varios de esos duelos, goleador tan solo en uno, la pasada temporada en la derrota por 4-2, y a examen este domingo, entre su presente y su futuro, entre el Atlético de Madrid y el Barcelona.