Antoine Griezmann empezó el curso entre pitos, dudas y una extraña 'cláusula' que no le dejaba jugar más de 30 minutos. Nueve meses después, como si de un parto se tratara, el francés se ha ganado el perdón de la afición del Atlético de Madrid a base de goles y asistencias, pero sobre todo mucho trabajo. Tras dos años difíciles desde su regreso, el galo acabó la temporada de una manera muy distinta, metiéndose en medio de la grada del Frente Atlético con el micrófono a cantar con la hinchada colchonera. Griezmann, por fin, parece haberse ganado el perdón.