El Atlético de Madrid logró una gran remontada ante el Feyenoord con un 3-2 gracias a los dos goles de Álvaro Morata y el tanto de Antoine Griezmann. Aunque si hablamos de merecimientos no podemos obviar el partidazo de Jan Oblak, con una actuación digna de sus mejores noches a pesar de los dos goles encajados y unas molestias finales que dieron el susto.
Los de Simeone ya no tienen la seguridad defensiva de otros años y esto se nota en que el equipo debe ser más decisivo en área rival ante los habituales tantos que encaja. Esto también se ha notado en el esloveno, que además se ha quedado fuera de las últimas votaciones tanto de la FIFA como del Balón de Oro a mejor arquero del mundo.
Ante el Feyenoord, Jan Oblak dio un golpe sobre la mesa y, aunque Álvaro Morata se llevara el MVP de la UEFA, el meta tuvo gran culpa en la victoria. Y esto a pesar de que encajó dos goles de los neerlandeses, aunque en ambos hizo todo lo posible para que la pelota no entrara en la red.
Primero sacó el mano a mano de Ueda en el arranque, pero la pelota rebotó en Mario Hermoso y en el propio guardameta para convertirse en el 1-0. Después, en otro error de la defensa, Hancko cabeceó solo delante de Oblak y, pese a la primera gran acción bajo palos, el esloveno colocaría el 1-2.
Sin embargo, a partir de ahí el Feyenoord ya no fue capaz de marcar y lo hizo gracias a la soberbia actuación del portero. Disparos lejanos, manos a mano, balones aéreos y una última gran acción para desviar el disparo de Stengs. Esta última, ya después de haber mostrado unas molestias físicas a la hora de golpear la pelota que provocan que los seguidores del Atlético de Madrid se queden a la espera.