El Atlético de Madrid se encontraba con una dura prueba en la Champions League. El líder de su grupo, el Feyenoord, visitaba el Cívitas Metropolitano. El conjunto neerlandés se puso dos veces por delante en el marcador. Morata ponía el empate a uno y Antoine Griezmann sobre la bocina ponía el empate a dos antes de ir al descanso.
El delantero francés aprovechó un intento de disparo de Axel Witsel que acabó golpeando en un rival. Si el belga intentó realizar una chilena, el francés consiguió ejecutarla y puso el tanto que igualaba de nuevo el marcador en el coliseo rojiblanco.