Lo de José María Giménez con las lesiones es el cuento de nunca acabar. Se afianza en el once, rinde a gran nivel, se lesiona, se pierde varios partidos... y vuelta a empezar. Una vez, y otra, y otra. Este curso, sin ir más lejos, el central ya se ha perdido cuatro de los nueve partidos del Atlético de Madrid, contando ya su baja ante el Feyenoord.
Una situación para nada desconocida para el uruguayo, que también empezó el curso pasado perdiéndose seis partidos antes del Mundial. Se volvió a lesionar tras la cita de Qatar, pero llegó a enlazar un período de 16 partidos consecutivos jugándolo casi todo en LaLiga Santander, coincidiendo además con el mejor momento de la temporada del Atlético.
No es casualidad, claro. Giménez es un central portentoso, imponente por arriba, firme en el corte. A buen nivel físico, es probablemente el mejor central del Atlético de Madrid, pero sus problemas con las lesiones le impiden de manera demasiado asidua mantenerse con regularidad en los onces de Simeone.
"El uruguayo sufre un edema próximo al tendón central del sóleo", anunció este martes el club, pese a que Giménez sólo había jugado media hora ante el Cádiz. No estará ante el Feyenoord y, probablemente, tampoco ante la Real Sociedad, por lo que no reaparecería hasta después del segundo parón de selecciones.
Una lesión menor, a priori. Pero importante a corto plazo: Mario Hermoso es el único central en plenas condiciones para el duelo europeo de este miércoles. Estará acompañado en la zaga de Axel Witsel y, salvo sorpresa, de un César Azpilicueta que también acabó tocado ante el Cádiz.