Roberto Firmino, jugador clave del Liverpool campeón de Europa en 2019 y de Premier League en 2020, publicará un libro autobiográfico el próximo 9 de noviembre en el que analizará su trayectoria en el club inglés. Aquel equipo, liderado por Jurgen Klopp, fue considerado como el mejor del mundo en aquellos años demostrado un gran dominio en el juego y consiguiendo grandes títulos. Pero como en todos los equipos, las rachas tienen un final y el delantero brasileño le pone nombre y apellidos al artífice de su dominio en Europa: Diego Pablo Simeone.
El 11 de marzo de 2020 se jugó uno de los últimos partidos antes de que la pandemia provocada por el Covid-19 sacudiera Europa. El Liverpool, vigente campeón de la Liga de Campeones, recibía al Atlético de Madrid en el encuentro de vuelta de octavos de final después de que los colchoneros ganasen el partido de ida por 1-0. Tras un ejercicio de supervivencia realizado por los jugadores dirigidos por Simeone e ir perdiendo en la prórroga del partido, Marcos Llorente anotó dos goles y le dio una asistencia a Morata para clasificarse a cuartos de final en un partido que se quedará en la memoria de los aficionados colchoneros durante muchos años.
Firmino destacó la supremacía del Liverpool en Europa, en la que ganaron 26 de 27 partidos jugados. Sin embargo, este reinado llegó a su fin en marzo del 2020. "Tuvimos una caída en la temporada; una pequeña pero suficiente para costarnos muy caro. Y una que quizás, a largo plazo, contribuyó a que perdiéramos nuestro dominio europeo y global. En febrero de 2020 viajamos a Madrid para enfrentarnos al Atlético en octavos de Champions. Diego Simeone, entrenador del Atlético, identificó perfectamente nuestro estilo y encontró la manera de anularnos", comentó el delantero brasileño.
La eliminación del Liverpool supuso un duro golpe en el conjunto inglés. "Fue nuestra primera derrota en cinco meses, sólo la segunda de la temporada y la verdad es que nos sorprendió. A esas alturas de la temporada nos sentíamos invencibles, con una plantilla unida y potente. Pero no éramos realmente invencibles. Conmocionados por el resultado contra el Atlético, lo descubrimos por las malas. Después del Madrid hubo tres derrotas más, que acabaron siendo incluso más significativas de lo que podíamos imaginar."