Thomas Lemar está cerca de culminar una temporada para el olvido. La peor de su carrera, probablemente, y no por temas deportivos sino físicos. El francés lleva desde el mes de agosto sin jugar un partido con el Atlético de Madrid debido a una lesión que se está alargando más de lo esperado y que a su vez le deja sin opción de ir a la Eurocopa y sin mercado para salir en verano dos años después de una 'renovación fantasma'.
Fue el pasado 16 de septiembre cuando el galo sufrió una dura lesión en Mestalla. Se rompió el tendón de Aquiles y se estimó un tiempo de baja de entre cinco y seis meses. En abril empezó a integrarse al grupo, pero ha vuelto a 'desaparecer' y todo apunta a que ha sufrido una nueva lesión en la cadera.
Lemar sigue sin entrenar con el grupo. No estará este domingo ante el Celta y parece poco probable que reaparezca la próxima semana ante el Getafe u Osasuna. No tiene opciones de acudir a la Eurocopa y todo apunta a que no volverá a jugar un partido oficial hasta el próximo mes de agosto, cuando arranque el nuevo curso.
Todos estos contratiempos dejan a Thomas en una situación delicada. Ha brillado a cuentagotas y su rendimiento siempre ha estado por debajo de lo esperado, pues el Atlético llegó a pagar 70 millones de euros por el 70% de sus derechos en verano de 2029. Ha estado más de una vez en el escaparate, pues tiene una ficha elevada, pero sus opciones de salir este verano también parecen muy limitadas después de estar nueve meses sin jugar un partido.
Todo ello sin olvidar aquella 'renovación fantasma' que se produjo en verano de 2022. Lemar amplió su contrato hasta 2027, pero el Atlético nunca lo anunció de manera oficial. Sucedió lo mismo con Jan Oblak, con contrato ahora hasta 2028 pese a que tampoco fue confirmado por el club, y le ha sucedido hasta en tres ocasiones a un Álvaro Morata que ha renovado tres veces sin anuncio de por medio.