Argentina cerró la Copa América a lo grande, revalidando el título de campeón tras imponerse a Colombia en la final gracias a un gol de Lautaro Martínez en los últimos minutos de la prórroga. Un título que vuelve a coronar a Nahuel Molina y Rodrigo de Paul, dos jugadores muy cuestionados en el Atlético de Madrid durante el último curso. El centrocampista volvió a rendir a un nivel brillante, como casi siempre con la selección, mientras que el lateral fue de más a menos.
De hecho, Nahuel arrancó el torneo como titular y lo terminó como suplente. El diestro salió de inicio en los dos primeros partidos, ante Canadá y Chile, jugando 89 y 83 minutos, respectivamente. Una figura importante para Lionel Scaloni que, por contra, fue perdiendo peso conforme avanzó el torneo.
El seleccionador hizo rotaciones en el tercer partido ante Perú y ahí entró Gonzalo Montiel en el lateral diestro, lo que dejó sin minutos a Nahuel. Aún así, Molina recuperó su sitio en el duelo de cuartos de final frente a Ecuador, que se acabó decidiendo en los penaltis, y completó los 90 minutos del partido.
Pero a partir de ahí, el jugador del Atlético perdió relevancia en los planes de Argentina. Scaloni apostó de nuevo por Montiel como titular en las semifinales ante Canadá, en las que Nahuel sólo jugó los 20 últimos minutos. Y ya en la final, ante Colombia, Montiel volvió a ser titular ante un Molina que saltó al campo en el 72', disputando 50 minutos entre el tiempo reglamentario y la prórroga.
Una pérdida de protagonismo que confirma que Nahuel no está a su mejor nivel. El lateral completó con el Atlético de Madrid una temporada realmente pobre, quizá de las peores de su carrera pese a ser casi siempre titular en el costado diestro. Ahora, tras ganar la Copa América, disfrutará de unos 20 días de vacaciones más que necesarios para resetear la mente antes de ponerse de nuevo a las órdenes de Diego Pablo Simeone.