El Atlético de Madrid ha sido uno de los grandes agitadores de este mercado de fichajes. Seis llegadas, ocho salidas y una inversión superior a los 100 millones de euros para rejuvenecer al equipo. Todo ello después de muchos años con una inversión mínima, prácticamente nula, por detrás de equipos como el Al-Gharrafa. Un verano, el de 2024, que además confirma el gran fracaso del club con los fichajes del pasado curso: ya se han ido seis de los ocho que firmaron.
César Azpilicueta y Javi Galán son los únicos futbolistas que siguen en la disciplina rojiblanca. Y lo del lateral no es precisamente un éxito: apenas tuvo oportunidades el pasado curso a las órdenes de Simeone, se marchó cedido a la Real Sociedad y no ha encontrado destino este verano. Azpilicueta, por su parte, sí ha tenido más protagonismo y ha renovado hasta 2025.
Los otros seis ya no están en el Metropolitano. Al menos de momento. Horatiu Moldovan llegó en enero y se ha marchado cedido al Sassuolo con una opción de compra sin debutar, Gabriel Paulista se ha ido con la carta de libertad tras jugar sólo cinco partidos y Arthur Vermeeren ha firmado por el Leipzig, que tiene una opción de compra que será obligatoria si juega determinados minutos.
Si a los tres que llegaron en enero les ha ido mal, a los que aterrizaron en verano no les fue mucho mejor. Çaglar Soyuncu se marchó al Fenerbahce, primero en calidad de cedido en el mes de enero y luego traspaso este mismo verano. Santiago Mouriño llegó en verano, se marchó cedido al Zaragoza y ahora se ha ido traspasado al Alavés. Y Samu Omorodion, que tenía la ilusión de triunfar en el Atleti, tampoco tuvo oportunidades: un año cedido al Alavés y ahora traspasado al Oporto.