Dudas con el estado de salud de Robin Le Normand en su salida del RCDE Stadium
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Las cámaras de ElDesmarque han captado las dudas de Le Normand
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El jugador se ha desplazado hasta una clínica de Barcelona
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Le Normand abandona el RCDE Stadium sangrando tras un fuerte cabezazo con Roberto
El defensa del Atlético de Madrid, Robin Le Normand, tuvo que abandonar el RCDE Stadium antes de tiempo tras un fuerte golpe en la cabeza. El jugador fue captado por las cámaras de ElDesmarque al salir del estadio con gesto serio y la capucha puesta, sin dar demasiadas pistas sobre su estado físico pero sí con dudas.
Le Normand abandona el RCDE Stadium serio y con dudas
El central rojiblanco dejó dudas sobre su estado tras ser preguntado por David Ibáñez: "No sé", respondió escuetamente cuando se le preguntó cómo se encontraba. Acto seguido, añadió un enigmático "Ya hablaremos, gracias", mientras se mantenía serio y con la capucha puesta en todo momento. No lo acompañaban los médicos de primer equipo, lo que podría ser una buena señal, así como que abandonara el estadio caminando de forma aparentemente normal.
Le Normand no corre peligro, pero, como reveló Joseba Larrañaga, acudió a una clínica de Barcelona para someterse a una revisión médica antes de regresar a Madrid. El club y el cuerpo técnico esperan con expectación el parte médico, ya que la semifinal de la Copa del Rey ante el FC Barcelona está a la vuelta de la esquina (2 de abril) y la presencia del defensa podría ser clave para el equipo.
En LALIGA, cabe destacar que José María Giménez cumplirá sanción frente al Sevilla, por lo que Simeone se queda prácticamente sin centrales para el duelo.
Un nuevo cabezazo para el central
La lesión se produjo en el minuto 27 del partido, cuando Le Normand chocó de manera aparatosa con Roberto en un duelo aéreo. Aunque el defensa no perdió el conocimiento, tuvo que ser sustituido por precaución. Su historial de lesiones en la cabeza genera preocupación, especialmente tras el fuerte golpe que sufrió contra Tchouaméni en septiembre, lo que le obligó a parar durante dos meses e incluso a jugar con un casco protector una vez estuvo recuperado.
