Pero lo que más sorprende de sus declaraciones es lo relativo a la presión ambiental que dice que tuvo el equipo: "Tal vez el ambiente nos perjudicó por responsabilizarnos demasiado. No estoy acostumbrado a jugar en campos ante 15.000 personas y no supimos llevarlo como deberíamos. No es una excusa porque ellos fueron superiores. Ojalá podamos darle a la afición lo que se merece".
El vestuario sigue hundido tras el resultado casi decisivo del partido de ida: "Fue un varapalo muy grande para todos porque nadie lo esperábamos. En el campo no se vio un partido para merecer ese resultado, pero tenemos que levantarnos y hacer lo que podamos en Madrid". Y es que el optimismo regresa poco a poco: "Ellos nos metieron tres goles en cinco ocasiones y nosotros tenemos que buscar la inversa. Es difícil pero hay que intentarlo".