El Cádiz hizo lo que viene siendo habitual en pretemporada: funcionar sólo una parte. En esta ocasión lo único que cambió fue que a primera mitad fue la mala y en la segunda el equipo carburó.
El planteamiento de Raúl Agné en la primera parte hacía aguas. La defensa era un sufrimiento constante, y las jugadas en ataque se limitaban a alones en diagonal buscando un centro certero que no llegó. Los fallos atrás ponían en apuros una y otra vez a Alejandro, que nada pudo hacer cuando a los ocho minutos un fallo global en el despeje de un centro de Juande acabó con un zurdazo de Adán al fondo de la portería.
Cuesta arriba se ponía un partido donde Theo, Fornell y Juande tuvieron la oportunidad de poner el segundo gol sin haber llegado a la media hora. Quizás cuando menos lo merecía, un balón en largo a Ayram, que se come el portero, acaba con un centro del canario que Gato mete en el segundo palo.
Hasta el descanso ni tan siquiera un 'uy'. Agné introdujo a Martins por Jorge Luque buscando el control del centro del campo que no llegó a ser efectivo.
En la reanudación la imagen comenzó a cambiar. La entrada de Villar, Perico y Josete dio otro aire al equipo que comenzó a carburar en ataque. Airam avisó en dos ocasiones consecutivas que tuvo al guardameta chiclanero como destino. Pero en el minuto 55, una mala salida del portero la aprovechó el canario para poner de tiro cruzado el 1-2. La segunda parte ya era diferente. Los amarillos se volcaron al ataque para lograr una renta mayor. Villar se la dio en bandeja a Carlos Álvarez para de chut pegado al palo pusiera el 1-3. Y el canterano Alberto iba a conseguir el golazo de la noche en el minuto 75 con un zurdazo que clavó en la escuadra.
Para terminar la mejor faceta cadista, un pase de Juan Villar -mejor asistente que rematador- puso a Carlos Álvarez el quinto y definitivo gol. Una manita a medio gas.