José Grima III CádizEl Cádiz rompió el maleficio de más de una década sin ganar dos partidos consecutivos en casa. No fue fácil, pero se acabó logrando.
Los amarillos pudieron marcharse al descanso con varios goles marcados, pero el Algeciras mereció el empate tras el tanto de Villar.
Árbitro
Árbitro: Del Olmo Codes (colegio andaluz). Amonestó a Nafti, Merino, Máiquez.
Unas 7.000 personas en Carranza. Unas 150 de Algeciras.
El partido emanaba diversión desde el minuto 1. Los amarillos, muy bien plantados, iban a convertir en los primeros minutos a Romero en el héroe algecirista. Hasta tres ocasiones tuvo Juan Villar en los primeros diez minutos para abrir el marcador, pero el verdadero protagonista fue Kike Márquez tanto a balón parado como por sus internadas por banda izquierda, donde pecó de ser demasiado solidario en vez de buscar un lanzamiento de gol. El Algeciras tuvo su mejor ocasión a los 16 minutos con una falta frontal que Javi Chico estrelló en el larguero. Los de Raúl Agné se fueron con la sensación al descanso de haber dejado vivo al rival.
La segunda parte iba a comenzar de la mejor forma para los cadistas. Jugada que se inicia con un saque de banda, Martins a línea de fondo consigue un centro al segundo palo que Villar clava en la portería algecirista. Golazo para el 1-0. A partir de ahí los cadistas replegaron y el Algeciras pasó a llevar la posesión del juego, mientras que los de Agné buscaban un contragolpe que les diera el 2-0. En el minuto 62 reapareció Jorge Luque, que entró en el campo sustituyendo a Kike Márquez.
Los algeciristas insistían en pisar el área de Alejandro, pero lo cierto es que la verticalidad no llevaba peligro de gol. Mientras que el cansancio de Airam hizo mella en dos rápidas contras en la que faltaron la velocidad final.
Incomprensiblemente el Cádiz veía el ocaso del partido pidiendo la hora. Alejandro se iba a erigir protagonista deteniendo un cabezazo de Melchor y sacando un tiro de Alfaro. Ambas merecieron el empate.
Pero algo cambió en los amarillos con la entrada de Fall. El equilibrio llegó de la mano del senegalés, que al menos alejó el peligro del área cadista en lo últimos instantes del partido.