Sorprendía ver a Silvestrini, después de que ayer dejara solo a Gabriele de Bono en la sala de prensa de Carranza, y este último no acudiera a ver al equipo en Sevilla. Eso sí, como si no sucediera nada a sabiendas que en el vestuario cadista ya se han hartado tras conocer las últimas informaciones, que ponen en tela de juicio las promesas de días atrás.