La afición del Cádiz volvió a demostrar una vez más su categoría al término del encuentro copero ante el Lealtad. Y es que la hinchada amarilla despidió con un aplauso al equipo de Villaviciosa, que se ha dado una auténtica paliza para jugar a casi 1.000 kilómetros de su localidad.
De hecho, los de Javi Rozada emprenden el viaje de vuelta justo al acabar el partido, y no llegarán hasta tierras astures hasta la mañana del jueves.
Antes, el cadismo recibió con aplausos a su equipo, olvidando la mala imagen ofrecida en el último encuentro liguero ante La Roda. Sin embargo, hubo algo de nerviosismo en las gradas –en las que se dieron cita unos 7.000 espectadores- en la primera parte e incluso se escuchó algunos tímidos pitos después de que Navarrete puso por delante a los de Calderón.