El lunes, a pesar de ser el día en el que los amarillos suelen descansar, los de Calderón volvieron al trabajo tras el empate cosechado en Melilla. No se trataba de un castigo ni de un toque de atención. La vuelta a los entrenos en el primer día de la semana se debe al partido del miércoles de Copa del Rey en el Municipal de la Línea.
Los jugadores amarillos ya piensan en el encuentro ante La Balona. Un partido que desde el club se le ha querido dar mucha importancia por los posibles ingresos que las arcas del Cádiz pueden generar si se pasa a la siguiente ronda y se recibe en Carranza a un equipo de Europa League o de Champions. Además de ello, en el horizonte, el Cacereño, encuentro de vital importancia, no para la economía del club, pero sí para el futuro inmediato del mismo.
Con esos dos equipos en la cabeza empezaban la semana los de Calderón. El técnico gaditano pudo contar con todos los futbolistas en el entrenamiento de la mañana. Kike López y Migue García, ausentes en Melilla, ya pudieron entrenar con sus compañeros. Algo que sin duda agradecerá el entrenador amarillo para las posibles rotaciones que pueda realizar en ambos partidos.
Los futbolistas que jugaron ayer realizaron ejercicios de recuperación y los que no participaron o lo hicieron pocos minutos, sí trabajaron ya a un ritmo más alto.