Álvaro Cervera tiene un problema. El técnico del Cádiz afrontará el partido del próximo domingo ante el Nástic en Carranza con numerosas bajas en la zona defensiva por distintos motivos. A los dos sancionados del último partido ante el Alcorcón hay que añadir la lesión que se produjo en el mismo estadio de Santo Domingo y, además, la probable ausencia de Sankaré.
El defensa senegalés lleva dos días sin trabajar con normalidad. El jueves se tuvo que retirar de la sesión por problemas musculares y este viernes ha seguido trabajando al margen, por lo que su presencia para el duelo ante el Nástic es cuanto menos dudosa.
Además, en el estadio del Alcorcón se dio la mala suerte de que tres jugadores apercibidos vieron la tarjeta amarilla, y todos de la misma zona del campo. Aridane vio la décima amarilla de la temporada y Brian Oliván la quinta, por lo que ninguno podrá estar frente al Nástic.
Un caso más curioso es el de Carpio, que se lesionó y forzó la cartulina para tener mayor tiempo para afrontar su recuperación. El lateral diestro del Cádiz tampoco podrá estar este domingo en Carranza por doble motivo, pues su lesión le tendrá varias semanas apartado del equipo.
Así pues, ¿qué opciones le quedan a Cervera? De confirmarse la ausencia definitiva de Sankaré, el técnico tendrá sólo cuatro defensas disponibles. Iván Malón, que sólo ha jugado tres partidos desde su llegada en el mercado invernal, se perfila como el sustituto de Carpio en el lateral derecho, mientras que Luis Ruiz apunta al lateral zurdo.
Servando y Migue podrían conformar una pareja de centrales inédita que se rompería en caso de que Sankaré se recuperara a tiempo para la cita. En definitiva, una defensa de circunstancias a la que le tocará dar la cara frente al Nástic.