Sensación muy agridulce la que dejó el empate del Cádiz frente al Nástic de Tarragona en la parroquia amarilla. Una igualada en el Ramón de Carranza que no dejó satisfechos a ninguno de los dos equipos, pero menos aún a los pupilos de Álvaro Cervera. De hecho, el equipo cadista tenía la oportunidad de aumentar la ventaja a siete puntos con la séptima plaza, que se queda finalmente a cinco.
El Cádiz fue incapaz de superar a un conjunto catalán que mostró durante todo el encuentro que lo que no quería era perder, dada su situación límite y a que llegaba en puestos de descenso. Por ello, el empate dejó una sensación extraña y más teniendo en cuenta que los amarillos tuvieron una oportunidad de oro para llevarse los tres puntos con un penalti que Alfredo Ortuño mandó a las nubes.
De esta forma, el Cádiz aumenta un punto la distancia con la séptima plaza que ahora ocupa el Real Valladolid en detrimento del Oviedo, aunque pierde una posición y se coloca quinto tras la victoria del Tenerife frente al Lugo en el Heliodoro Rodríguez López (2-1).
Una ocasión desperdiciada para poner tierra de por medio pero que no debe minar la moral de un conjunto cadista que depende de sí mismo y que tiene todo a favor para disputar las eliminatorias de ascenso.