Un gol del Ejea en el minuto 89 dilapidó las opciones del Cádiz B de estar esta temporada jugando en la categoría de bronce del fútbol español. Ese gol dejó la última eliminatoria del play off sin prórroga y al filial amarilla hundido después de pelear hasta la extenuación, pero no dilapidó la increíble temporada cuajada por los cachorros, que fueron campeones de grupo y se quedaron muy cerca de estar en estos momentos jugando en Segunda B.
Tras las 38 jornadas de la competición regular, el Cádiz B terminaba haciéndose con el liderato, acumulando la friolera de 75 puntos que le permitían encarar el play off con dos oportunidades si caía a la primera. La eliminatoria de campeones enfrentaba a los cachorros de la Tacita de Plata ante el Teruel, que con un tanto en la ida decantó el ascenso hacia el lado aragonés.
Pero el Cádiz B tenía otra oportunidad para pelear por el ascenso de categoría. En esta segunda ronda se midió al Alavés B, a quien superó con holgura tras un global de 5-2 entre la ida y la vuelta. Por último, llegaba el Ejea. El empate a un gol lejos de El Rosal dejaba todo abierto para la vuelta, que también marchaba con el mismo resultado hasta el minuto 89, en el que un tanto visitante tras un saque de esquina lo echaba todo por tierra. El filial empató luego, pero ya no sirvió para nada. Ahí terminó el periplo del filial esta temporada 2017/18, un año impresionante al que sólo le faltó el remate final.
Con 16 dianas, Manu Vallejo fue uno de los artífices de la gran temporada del equipo. Aquí comenzó su despegue y su crecimiento hasta llegar a lo que hoy en día se ha convertido el chiclanero, una de las piezas clave del primer equipo, titular indiscutible, goleador y querido por la fiel parroquia amarilla. Con toda la vida futbolística por delante, Manu es un arma de futuro que puede aportarle muchas alegrías al cadismo. Acaba de empezar.