El Cádiz sacó un empate en Tenerife en un partido bastante gris. Los amarillos empezaron muy fríos y se pusieron pronto por debajo, pero tuvo el acierto para empatar en un balón parado. En la segunda parte no hizo méritos para llevarse los tres puntos.
En los primeros compases del partido quedó claro que el Tenerife, por muy herido que estuviera, tenía recursos e intensidad para hacer daño. Aparecían Suso y Nahuel y al Cádiz le costaba recuperar el balón para tener presencia cerca del área local. Y a los 11 minutos llegó el 1-0 en una acción impropia de este Cádiz. Miérez conectó con demasiada facilidad con Suso y éste marcó solo ante Cifuentes.
Al equipo de Cervera se le veía con menos intensidad de lo habitual y con problemas para cerrar líneas. Además, el equipo no reaccionó después de encajar el tanto. Seguía sin capacidad para hacerse con el balón y la movilidad de gente como Borja Lasso creaba dudas en defensa.
En la primera media hora no se pudo decir nada bueno del líder, en una de sus peores actuaciones de la temporada. En otros partidos le daba la iniciativa a su rival e incluso sufría, pero pocas veces estuvo tan perdido sobre el campo. No daba tres pases seguidos en zonas peligrosas porque el Tenerife le dejaba tocar en zonas intrascendentes.
Sí pudo empatar el Choco en un remate con la zurda tras un centro de Salvi, pero el balón se encontró con el palo. El partido se abría y al Tenerife le bastaba con muy poco para acercarse al área amarilla. Se perdían las segundas jugadas y esas cosas en las que hace hincapié Cervera no salían.
Estaba intentándolo en balones parados a falta de juego. Y en el minuto 35 consiguió empatar gracias a un gran remate de Marcos Mauro en el segundo palo tras una peinada de Garrido. En un mal primer tiempo igualaba la cosa a base de pegada, pero tenía que seguir mejorando para ser tan fiable como siempre. Hasta el descanso el balón siguió de área a área sin mucho control por parte de ninguno.
La segunda mitad comenzó con un Cádiz más profundo, con más balón y con una mayor presencia en el campo del rival. En el descanso Cervera repasó los aspectos a mejorar, como controlar la movilidad de Lasso y Nahuel a la espalda de los pivotes, que les convertía casi en indetectables en algunos momentos del primer tiempo.
Había una leve mejoría y Cervera le daba media hora de juego a Jurado porque sabía que su calidad podía marcar la diferencia en un partido sin un dominador. Al sanluqueño se le vio algo frío en sus primeras acciones y el equipo no terminaba de convencer, con algunas desconexiones inhabituales.
Era un partido de bajo nivel, de poca calidad. Muchas imprecisiones y acciones con errores de bulto, pero con la emoción de ver que se metía en el último cuarto de hora con todo por decidir. Jurado pedía el cambio por lesión y volvía la pesadilla para un jugador que tenía que ser diferencial y que no pasaba de apuntar simples detalles.
El Cádiz lo intentó hasta el final, pero no era el día de la mayor parte de sus jugadores. Cuando no puedes ganar, al menos no pierdas.