La segunda vuelta es temida por los cadistas por lo acontecido en los últimos años. Habitualmente ha sido sinónimo de malos resultados y de frustración final, pero el Cádiz cuenta en esta campaña con más y mejores efectivos. Por eso aunque se presente al partido contra el Mirandés plagado de bajas, está en disposición de volver a la senda de las victorias.
Los amarillos no ganan desde mediados de diciembre, cuando se impusieron al Oviedo. Después llegó la dolorosa derrota contra el Numancia, el parón navideño, el empate en Ponferrada y la eliminación copera.
No hace tanto del triunfo en el Carlos Tartiere, pero han pasado muchas cosas desde entonces y es fundamental ganar de nuevo.
El equipo cadista no da señales preocupantes en su juego. Sigue siendo fiable defensivamente, exceptuando momentos puntuales como el primer gol encajado contra el Numancia.
Es verdad que el equipo está "atascado", en un concepto usado por el propio Álvaro Cervera y que viene a explicar que ya no es ese equipo donde todo fluía a la perfección como hace algunas jornadas.
Será fundamental que Cala imponga su ley porque Rhyner genera algunas dudas. En el centro del campo tendrá que ser Edu Ramos quien haga el trabajo de Garrido. En ataque habrá que esperar mucho de Perea, el jugador más inspirado en los últimos tiempos, y de Álex Fernández.
Mención especial merece el caso del Choco Lozano, llamado a ser un jugador diferencial y que tiene que volver a celebrar algún gol más pronto que tarde.
El Mirandés visita al líder de la categoría Cádiz con el ánimo de entrar en los puestos de play off y de hacer valer su fortaleza como visitante. El Mirandés afrontará el partido con la duda de Enric Franquesa, con molestias que no le permitieron jugar ante el UCAM Murcia. Se extremará la precaución con el excadista Mario Barco.