El Cádiz CF ha caído derrotado en su visita a Riazor para medirse al Deportivo de La Coruña merced a un solitario gol de Sabin Merino en la segunda parte. Un resultado que pudo haber sido diferente si el colegiado del encuentro, Aitor Gorostegi Fernández-Ortega, hubiese señalado penalti en una jugada en la que el balón golpeaba en la mano del defensor blanquiazul Mujaid Sadick. Sin embargo, el árbitro no cobraba la falta y, en su defecto, pitaba el final del partido.
El encuentro ya había entrado en el tiempo de descuento cuando un disparo de Nano Mesa impactaba en el brazo de Mujaid. La mano era clara, además, el jugador estaba dentro de su área y el gesto de golpear el esférico era claro. El colegiado estaba muy cerca de la acción, pero decidía no pitar nada. Aunque ante la presión de los jugadores del Cádiz, consultaba el VAR, donde se encontraba Daniel Trujillo Suárez, y lejos de cambiar su decisión, pitaba el final del choque.
Una decisión que ha sido clave en el resultado final, pues de haber sido señalada la pena máxima, el conjunto que entrena Álvaro Cervera habría tenido una oportunidad de oro para igualar el marcador. No está ni mucho menos claro que tal ocasión hubiese acabado en gol, pero la oportunidad de sumar un punto desde los once metros deja con muy mal sabor de boca a los amarillos.