Fali Giménez siempre lleva a gala ser gitano. Presume de su raza y no oculta que lo pasó mal en algunos momentos de su vida, lo que hace que ahora disfrute especialmente de su situación actual en el Cádiz CF. "Estoy orgulloso de haber hecho portes con la chatarra. Yo decía que si algún día podía tener un coche, lo tendría. El trabajo ha tenido la recompensa".
"Yo lo he pasado muy mal y para quitarme mis cosas me van a tener que matar", decía este martes el jugador cadista en la tertulia de Radio Cádiz. Allí fue preguntado por Antoñín, gitano del Málaga con el que se verá las caras el domingo.
"Los gitanos somos complicados porque de pequeños, por desgracia, no vamos al colegio. Ahora lo pienso y me jode porque no tengo estudios. En el Barcelona me intentaron ayudar porque yo decía palabras que ni existían en el diccionario. Nosotros nos dedicamos al mercado, a la chatarra, nos casamos pronto... Antoñín el del Málaga también es gitano y cuando lo vi le dije que le diera caña. Tengo ganas de verlo y darle un abrazo. Tenemos que luchar por nuestros sueños", comenta.
Pero esa hermandad quedará aparcada durante los 90 minutos que dure el partido. Y, por si había alguna duda, Fali se ha encargado de ratificarlo este martes en Radio Cádiz de la Cadena SER. “Antoñín el del Málaga también es gitano, pero dentro del campo no tengo amigos. Él pensará lo mismo y siendo delantero intentará reventarme, lo mismo que yo a él. Luego nos daremos un abrazo y se quedará todo en el campo. Ellos luchan por una cosa y nosotros por otra”, apuntó el defensa valenciano, recién renovado con el club cadista hasta 2024.
Se verás las caras en un derbi regional de máxima rivalidad histórica, que está catalogado como de alto riesgo (acudirán al menos 400 malaguistas) y que encierra muchas curiosidades, de idas o venidas, y de pequeñas revanchas. Una historia bonita la protagonizan dos de los jugadores de raza gitana de la categoría. Fali, central del Cádiz CF, y Antoñín, extremo del Málaga CF. Ambos gozan de una relación cercana, atada con los lazos tácitos que otorgan la misma sangre, las mismas raíces.