Dicen los que saben que los partidos de este desenlace tan atípico de la temporada van a ser todos locos por la falta de ritmo de los jugadores y por los parones. Será por eso que hay muchos partidos en uno y por eso tiene tanto valor el triunfo del Cádiz CF en Soria, donde sufrió y se salvó por los goles de José Mari y Cala, dos viejos rockeros.
El Cádiz empezó el partido con mucha personalidad, instalado en el campo del rival y entrando por la izquierda a través de Pombo y Espino. Un lanzamiento del maño ya puso a prueba a Dani Barrio, portero del Numancia a los dos minutos del inicio. Cervera había hecho algunas variaciones en el once para que se viera un equipo diferente al del reestreno ante el Rayo Vallecano.
Las fuerzas se fueron igualando con el paso de los minutos, pero el equipo amarillo estaba decidido a dar un golpe sobre la mesa. Nano Mesa hizo una gran jugada desde la izquierda, dejando sentado a Derik, y cedió el balón para que José Mari marcara un golazo desde el borde del área a los 14 minutos.
El gol animó todavía más al equipo, que a renglón seguido estuvo cerca de anotar el segundo en una acción en la que Espino puso un gran balón raso al segundo palo. Si ante el Rayo los gaditanos siempre llegaban tarde, en este caso estaban muy metidos y con una enorme movilidad en todo el campo.
Todo parecía de cara, pero a los 23 minutos tuvo que aparecer David Gil para evitar el empate. Rhyner estuvo muy blando en una jugada de Curro dentro del área que obligó al portero cadista a lucirse. Iván Calero creaba mucho peligro por la banda de Espino y no podía haber relajación alguna por mucho que fuera por delante en el marcador.
A la media hora estaba todo muy igualado, pero con la sensación de que los amarillos tenían las ideas más claras cerca del área del rival. Sin embargo, el equipo se complicó la vida absurdamente en una acción en la que Cala cometió penalti, que transformó Curro en segunda instancia después de que David Gil detuviera un primer disparo. Se mandó repetir por adelantarse de la línea de gol.
El balón ya era del oponente casi todo el tiempo. El Cádiz se perdía en pelotazos en largo hacia Nano Mesa, un sinsentido absoluto conociendo el juego del canario.
La segunda parte comenzó con el Cádiz de nuevo teniendo la pelota, algo que se echó de menos en muchos minutos del primer periodo. Pero el Numancia se pudo adelantar en un balón parado en el que un cabezazo de Morán había superado a David Gil, pero José Mari sacó el balón en la línea.
La mejoría cadista no era suficiente y se esperaban los cambios de Cervera para darle un giro a la situación cuando todavía quedaba media hora. El técnico daba entrada a Lozano, Perea y Jurado. Y se veía obligado a meter a Cifuentes por la lesión muscular de David Gil.
En los últimos 20 minutos el equipo parecía en disposición de ir a por los tres puntos mientras llegaban noticias de la derrota provisional del Huesca, uno de sus perseguidores. Perea rozó el gol en el minuto 69, pero su disparo seco se encontró con el palo.
El Cádiz volvió a perder el dominio en ese momento y se encaminó hacia el tramo final con todo dividido. Cervera metía a Alejo, el mejor ante el Rayo, con la esperanza de matar el partido en alguna jugada individual. Todo se terminó de complicar con la absurda expulsión de Perea, que perdió los nervios y cometió una tontería que le costó la roja directa.
La cosa pintaba muy mal, con la sensación de que se perdía una gran oportunidad de hacerse fuerte en la cabeza. Pero en una falta lanzada por Álex Fernández cabeceó Cala a la red en el minuto 88. La cosa había cambiado por completo, pero la alegría se convertía en ansiedad porque el equipo daba muchas facilidades en defensa en el tramo final y el empate no llegó de puro milagro.
En una jornada con derrotas del Almería y del Huesca, el equipo amarillo recupera el liderato y manda un claro mensaje de que va muy en serio.