Trató de ser el más comedido, pero Álvaro Cervera no pudo evitar dar rienda suelta a su euforia en la celebración de la plantilla del Cádiz CF por el ascenso a LaLiga Santander. El técnico cadista se paró a la salida de la Ciudad Deportiva de El Rosal para, desde su vehículo, ponerse a cantar con varios aficionados que aguardaban a los jugadores y al cuerpo técnico. Cervera sacó a relucir su lado más carnavalero con el "Me han dicho que el amarillo...".
Tras consumarse el ascenso, el técnico felicitó a su equipo por el trabajo hecho "anteriormente", asegurando que la escalada a la categoría reina del fútbol nacional es "justa", por lo que se mostró "contento". También reconoció en declaraciones a Onda Cero que pasó "muy mala noche" tras la derrota ante el Fuenlabrada, aun sabiendo que el ascenso "estaba por llegar", ya que "se tenían que dar muchas cosas negativas" para no lograrlo.
Cervera se merece como nadie este ascenso. Con calma, sin aspavientos, pero con una seguridad y contundencia cimentada desde el banquillo, el técnico jamás renuncia a su esencia. Su fútbol ha sido discutido en más de una ocasión por el entorno, que en ocasiones llegó a pedir su cabeza, pero el club siempre confió en él ciegamente. No en vano, está a punto de convertirse en el entrenador que dirige más partidos al Cádiz en su historia.
Lleva cuatro temporadas completas en el Ramón de Carranza y, tras haber sido renovado hace unas semanas, tiene firmadas otras cuatro, hasta 2024. Orden defensivo, presión, salida por velocidad y remate. Esos son los ingredientes con los que intentará vencer a los grandes del fútbol nacional la próxima temporada, llevando con orgullo el escudo del Cádiz por bandera.
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