El Cádiz CF está preparando el inicio de LaLiga Santander. Y las cosas del calendario y el destino, o como quieran llamarlo, el primer encuentro en el regreso del conjunto amarillo es ante Osasuna. Un conjunto rojillo que tiene un valor sentimental dentro del Cádiz, porque fue el equipo de Michael Robinson en España, además de su amor profeso por el equipo amarillo. No es la única connotación sentimental que une Cádiz con Osasuna. Ya que en las filas rojillas se encuentra un viejo amigo amarillo: Aridane Hernández.
El central llegó al Cádiz en 2015. Un Cádiz que estaba en Segunda B y que consiguió el anhelado ascenso a Segunda División que tanto estaban deseando los aficionados amarillos. Ya el siguiente año completó su fichaje por el Cádiz y disfrutó de otras tres temporadas en Segunda División.
El zaguero rápidamente se ganó el cariño de la afición y con sus actuaciones le llevó a que fichara por los rojillos por cerca de dos millones de euros. Una cantidad que se multiplicó al año siguiente cuando Osasuna consiguió el ascenso a Primera División.
Aridane nunca ha escondido su amor y cariño a Cádiz y ahora se reencontrará con el equipo en Primer División, un sueño que parecía lejano cuando llegó por primera vez al Carranza. El defensa dejó una buena imagen en su primer año en Osasuna, aunque no tendrá una continuidad asegurada para esta segunda temporada en la máxima categoría nacional.
Los caprichos del sorteo o el destino, llámenlo como quiera, se vuelve a hacer latente y el próximo 12 de septiembre a las 21:00, el Cádiz se reestrenará en Primera División con un viejo conocido y muchos amigos alrededor.