Álvaro Cervera estaba aliviado tras la victoria, pero reconoce que su equipo sigue con miedo y atenazado. Espera que estos tres puntos le sirvan para encarar los próximos partidos con otro talante y espera que algún día tenga claros los criterios arbitrales.
"El partido no ha sido bueno, ellos salieron muy bien y nosotros bastante mal. No ganar nos tiene muy atenazados y nos cuesta mucho. El Éibar nos ha dominado, nos ha metido en nuestro área. Había que ganarlo y esto nos da aire. Sabemos que no estamos haciendo el fútbol que queremos porque estamos nerviosos. Defendemos muy atrás por el miedo que tenemos", reconoce.
"Si no hubiésemos ganado se nos ponía la cosa muy mal matemática y moralmente. La clave ha estado en el penalti y también en los dos mano a mano que no hemos metido. Al Cádiz le pitan un penalti en contra de cualquier manera y nos cuesta mucho marcar. Esto nos permitirá estar más tranquilos y trabajar mejor. Hemos ganado a un rival directo, la salvación quizá se pone más barata. Puede que haya que llegar a 38 ó 39 puntos en lugar de a 40", dice esperanzado.
Incidiendo en el tema arbitral comenta que "esto se tiene que aclarar porque hay pelotas que no llevan intención y no se puede decidir un partido por eso. Nadie lo entiende y deberíamos ponernos de acuerdo todos. Es curioso que el árbitro haya venido a hablar conmigo porque si se lo pido yo, me dice que no y me saca una amarilla. Eso no puede ser porque no hay nadie más importante que nadie".
Si fuera al revés no lo pita