El Cádiz CF sumó un triunfo vital, importantísimo para acercarse a la salvación, ante un Valencia que se vino abajo. Una victoria de las que saben más que bien. Sin embargo, el contexto no fue el mejor, en un partido manchado por el altercado que se produjo entre Cala y Diakhaby en la primera parte, por lo cual se paró el partido durante unos minutos. El fútbol, por desgracia, no fue el protagonista en Carranza.
Lo que comenzó como un partido de fútbol vistoso se convirtió en una pesadilla. Primero fue Cala el más listo sobre el verde para adelantarse a la defensa valencianista, meter la cabecita y anotar el primero del partido a los 14 minutos. Apenas cinco más tarde llegó el empate, obra de Gameiro tras recibir un gran pase y definir frente a Ledesma.
Poco después, llegaron los problemas. Una trifulca entre Cala y Diakhaby terminó con el jugador rival marchándose del terreno de juego acompañado de sus compañeros. El motivo era un supuesto insulto racista del central amarillo. Los problemas iban a más. El Cádiz también abandonaba el césped y todo quedaba a expensas de una decisión.
Finalmente, el partido se reanudo tras un breve calentamiento, ya sin la presencia de Diakhaby y con Hugo Guillamón para su sustitución. De ahí al final de la primera parte poco que destacar, más allá de unos minutos de enorme rareza por lo sucedido. La cara de Cervera en uno de los momentos del partido lo decía todo.
El segundo tiempo empezó algo más frío. Cala se quedó en el vestuario y en su lugar entró Marcos Mauro. La más clara en los primeros compases fue para Negredo, cuyo remate se marchó por muy poco por encima del larguero.
El Valencia comenzó a acercarse de nuevo a las inmediaciones de Ledesma, pero sin peligro. José Mari también lo intentó desde lejos. El partido entraba en su recta final y el Cádiz lo intentaba, pero sin demasiada claridad y teniendo presente la importancia del punto.
Cuando todo hacía indicar que el marcador no se movería más, llegó el gol de Marcos Mauro tras un remate de cabeza picado en el minuto 87. Un gol importantísimo, que vale tres puntos de oro y que permite al Cádiz tomar más aire sobre los puestos de descenso en una tarde marcada, por desgracia, por lo extradeportivo.