El partido del Cádiz CF ante el Celta de Vigo en LaLiga Santander no estuvo exento de la polémica arbitral que últimamente rodea al cuadro cadista. Y es que, en la segunda parte, Antonio Miguel Mateu Lahoz decidió decretar penalti de Conan Ledesma sobre Santi Mina. Lo hizo, eso sí, a raíz de un levísimo contacto entre la palma de la mano izquierda del portero y el abdomen del delantero celeste. A todas luces, insuficiente para decretar la pena máxima. Además, a instancias del VAR esta jugada se prestaba a interpretación, ya que sí existió un contacto. Esa es la justificación de que el colegiado valenciano no se retractara de su decisión.
Eso sí, con el penalti ya pitado solo quedaba cruzar los dedos. Con Iago Aspas fuera de la ecuación, la responsabilidad la asumiría el propio Santi Mina, haciendo valer la ley no escrita de 'quien lo provoca, lo tira'. Pero ahí apareció Conan Ledesma, para hacer justicia con un penalti, como mínimo, cuestionable. El argentino adivinó que el vigués dispararía a su izquierda, la derecha del meta, y allí que se lanzó. Con un espectacular palmeo sacó el balón al lateral del área y los defensores se encargaron de despejar para evitar un peligro posterior.
Posteriormente, el propio Ledesma analizaría la jugada en los medios oficiales del Cádiz. El argentino tiene claro que apenas toca a Santi Mina y que es una consecuencia lógica del fútbol. "Hay un contacto mínimo. Voy con los brazos, él salta, levanta la pierna. Si pongo la cabeza es jugada peligrosa a mi favor. Son decisiones que se toman y listo. Tengo los dos pies apoyados en el suelo, hay contacto normal. No puedo desaparecer", sentencia al respecto.