El cadismo vivió una hora de pesadilla en el partido contra el Barcelona. La parada cardiaca de un espectador de la grada de Fondo Sur hizo que el partido quedara eclipsado. Momentos de mucha tensión en los que dio la sensación de que el protocolo médico no terminó de funcionar.
Que el portero del Cádiz, Conan Ledesma, y que el capitán, José Mari, tuvieran que llevar a la grada un desfibrilador y una camilla, respectivamente, no hablan bien de lo que aconteció en el estadio. Los gritos de alarma que procedían de la grada no se correspondían con las prisas de los responsables en la parcela médica.
Jugadores como Mabil, Momo y Araujo dieron ejemplo también rezando sobre el césped en los momentos de mayor incertidumbre. Todo lo contrario pasó con Ansu Fati, que fue visto riéndose. Será por eso que pidió perdón cuando marcó el 0-3 al reanudarse el juego.
El presidente del club, Manuel Vizcaíno, aclaró en la Cadena Cope que el espectador afectado se había ido con pulso del estadio: "Ha recuperado el pulso y se lo han llevado en ambulancia. Se reanimaba, se volvía a caer, pero al final han conseguido estabilizarlo".