El Cádiz CF cayó derrotado ante el FC Barcelona en un partido marcado por el parón de una hora por el problema físico de un aficionado. El conjunto gaditano aguantó 54 minutos, pero después se vio desbordado por un rival que se permitió el lujo de salir sin varios de sus mejores hombres.
El equipo de Sergio salía al campo con la esperanza de que las cosas fueran muy distintas a las del primer mes de competición. No eran titulares en el Barcelona jugadores como Pedro o Lewandowski y eso debía ser una cierta ventaja. Y el caso es que los amarillos salieron sin complejos y pisando el área barcelonista.
Ni que decir tiene que el nivel de los suplentes del Barcelona seguía siendo tremendo y exigía esa máxima concentración defensiva que había faltado en partidos anteriores. Rapinha, en el minuto 10, dio el primer aviso con un balón al poste tras un error defensivo.
La posesión empezaba a ser abrumadora de los visitantes y el Cádiz no estaba tan cómodo en ese papel como en otros tiempos. Era inevitable sufrir ante un equipo con tanta confianza, pero los gaditanos necesitaban tener algo más el balón para complicar la vida a los de Xavi.
Eso empezó a suceder a los 20 minutos y la cosa empezó a igualarse. Sobrino hacía daño conduciendo entre líneas, pero faltaba que Alejo y Ocampo aparecieran creando peligro. El uruguayo reclamó penalti por una caída dentro del área a la media hora. Depay respondió con un disparo fuera a los 35 minutos en una posición inmejorable.
El Cádiz hacía algo de daño con una presión alta que complicaba la salida del rival. Se aseguraba alejar el peligro de su área, pero on era capaz de robar en zonas calientes. Al menos mantuvo el tipo y se fue al descanso con empate sin goles.
Se prometía una segunda parte de un acoso constante por parte del Barcelona. Había que ver cuánto tardaban en salir los jugadores más desequilibrantes de los culés y cuánto aguantaría las fuerzas del Cádiz. La respuesta llegó en el minuto 54, cuando De Jong adelantó a su equipo en una acción en la que Gavi había dado un pase atrás que no pudo atajar Ledesma.
El Cádiz siguió jugando del mismo modo, pero con la vocación ofensiva de buscar el empate en alguna contra. Entró Bongonda y había que ver su respuesta con media hora por delante. Sin embargo, todo se dinamitó con el segundo gol azulgrana, obra de Lewandowski en el minuto 64.
Quedaba mucho por delante y se esperaba un arranque de amor propio de los amarillos, pero el balón seguía siendo del rival. La única buena noticia fue la reaparición de Alcaraz, un jugador que debe ser clave en lo sucesivo.
El partido se reanudó después de casi una hora parado y quedaban nueve minutos para poner en algún apuro al Barcelona, con dos goles por debajo. Los locales salieron con ganas de recortar diferencias, pero lo que llegó fue el tercer gol, marcado por Ansu Fati en una contra. Y el cuarto, ya en el alargue, con un disparo de Dembélé que no pudo detener Ledesma.