El empate del Cádiz CF ante el Girona FC está marcado por una acción que se produjo cuando el tiempo ya estaba por encima de los ocho minutos de prolongación dados por De Burgos Bengoechea. En lugar de pitar el final después de un despeje de Lozano en el minuto 98, decidió que el juego continuara y llegó el penalti de Espino.
El colegiado vizcaíno había entendido que se habían producido muchos parones en el transcurso de los 90 minutos y decidió que se añadieran ocho más. La revisión del gol en propia puerta de Cala fue uno de los principales motivos, así como acciones en las que tuvieron que ser atendidos jugadores del Cádiz.
Durante ese periodo de prolongación no se produjo ninguna acción que tuviera que conllevar un añadido extra, pero algunos medios de comunicación aseguran que el árbitro avisó de que el partido se iría hasta el 99. En la retransmisión de Dazn en ningún momento se advirtió este detalle.
El entrenador del Cádiz, Sergio González, no hizo la menor alusión en su rueda de prensa de que el banquillo cadista hubiera sido avisado de esa circunstancia en el tiempo de añadido.