Tres puntos de oro los logrados por el Cádiz CF ante el Girona FC en un partido que tuvo cierta similitud con el del RCD Mallorca. Una gran primera parte, incluso vistosa, y una segunda en la que supo mantener la renta conseguida. Un nuevo Cádiz con más recursos que va a dar mucha guerra.
El comienzo del partido fue similar al del día del Mallorca. El Cádiz salió a morder arriba y a los tres minutos ya ganaba con un gol de Escalante después de una fantástica jugada de Ocampo. El equipo estaba muy enchufado y recuperaba el balón en zonas de mucho peligro.
Iza Carcelén rozó el segundo con un gran disparo a los 12 minutos y Sergi Guardiola también estuvo muy cerca en la siguiente jugada. La presión del Cádiz era altísima y eso había descompuesto al Girona en los primeros minutos. Después de cada recuperación el equipo sabía mover bien el balón y daba la sensación de que el segundo estaba cerca.
El Cádiz se fue replegando para no morir físicamente antes de tiempo. Esperaba al Girona en su campo, bien posicionado para no pasar apuros en la primera media hora. Estaba todo aparentemente bajo control, pero faltaba ese segundo tanto que diera tranquilidad.
Y llegó. Una gran jugada de Bongonda dejó solo a Guardiola, que de tiro cruzado hizo el segundo en el minuto 34. Estaba siendo otro partidazo de los amarillos, como ante el Mallorca y en la primera media hora en Bilbao. Sólo faltaba que no se cometieran fallos atrás.
El equipo salió del vestuario tras la reanudación con el mismo espíritu. Cabía esperar que no diera pasos atrás como le pasó ante el Elche. Estaban pasando pocas cosas y eso le convenía al que iba ganando.
En ataque había una chispa como no ha habido en ningún momento de la temporada. Bongonda, Ocampo, Guardiola y Roger se entendían muy bien y su movilidad hacía daño a la zaga gerundense.
El primer susto serio llegó en el minuto 67, con un cabezazo muy peligroso de Santi Bueno. Hasta ese momento Ledesma no había tenido que intervenir y ésa era una gran noticia que debía tener continuidad en el tramo final del partido. Supo aguantar y se llevó una victoria que vale oro.