Las manos de Busquets y del Pacha: un criterio arbitral de vergüenza ajena

Los agravios comparativos son lo peor de la competición en LaLiga Santander. Nunca se sabe cuándo se pitará penalti en acciones en las que intervienen las manos, pero queda claro que dependiendo del equipo que las cometa hay más opciones de que acabe mal para sus intereses. El último ejemplo, la mano de Busquets en el encuentro contra el Atlético de Madrid en comparación con la del Pacha Espino ante el Getafe.

Era el tiempo de prolongación y el jugador del Barcelona toca claramente el balón con la mano, que la tiene muy separada del cuerpo. Hay opiniones para todos los gustos: algunos dicen que por tener la mano a la altura del hombro debe ser señalado. Otros dicen que no porque el balón baja supuestamente del hombro.

El caso es que no se pitó y el Barcelona se llevó los tres puntos. No tuvo la misma suerte el Cádiz en el partido contra el Getafe. Cuando los 10 minutos de prolongación que había dado el pésimo Hernández Hernández ya se habían cumplido, llegó un centro al área y un toque del Pacha Espino con la mano muy similar al de Busquets. Resultado: penalti.

Evidentemente no hay jugadas iguales, pero el espíritu y el criterio deberían ser los mismos si hubiera justicia. El uruguayo no tenía intención alguna de dar al balón, estaba de espaldas a la acción y, para colmo, la jugada se produce fuera de tiempo. Sin embargo, una no se pita y otra, sí.